¿Una nueva enfermedad mental?

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El mediocampista egipcio de Liverpool Mohamed Salah. Foto: Justin TALLIS / AFP

Por Mario Aguilar Joya

2020-03-15 12:18:38

Las enfermedades mentales traen sin duda temor en la población general y son vistas con respeto por los médicos cuando nos encontramos con alguien que la adolece. Respeto hacia la persona sufriente de cualquier enfermedad mental y también respeto por las consecuencias que la evolución de estas enfermedades tienen en la dignidad de los enfermos, sus familias y la sociedad en que viven.

De manera que cuando leemos el título del editorial: “¿Una nueva enfermedad mental?”. Lo primero que pensamos es si no tendremos suficientes padecimientos mentales en la actualidad o si con las enfermedades mentales que ya se padecen ¿no hay suficiente sufrimiento en la humanidad como para agregar una nueva enfermedad mental?

La sorpresa es mayor cuando en el título se sugiere un vínculo entre la práctica de la religión y la enfermedad mental, insinuando que existe una relación que podría ser de causa y efecto, es decir que las prácticas religiosas conllevan a o pueden provocar enfermedades mentales o peor aún que “la religión es una enfermedad mental”.

Al menos esa es la información que se obtiene del sitio en internet Pantheos, un lugar de noticias religiosas que desde hace varios años viene dando seguimiento a noticias con este tipo de temas religiosos que tienen un impacto general.

Bajo el título, “Islandia declara que todas las religiones son trastornos mentales”, (https://www.patheos.com/blogs/laughingindisbelief/2020/01/iceland-declares-all-religions-are-mental-disorders/ 21 de enero 2020), el autor menciona que en Islandia se ha decretado por ley que la práctica de cualquier religión debe considerarse como un trastorno mental.

Las reacciones ante esta noticia no se han hecho esperar y varían desde los que consideran que se trata de una “noticia falsa” a los que creen que se trata de una forma de “manipulación religiosa” con propósitos no conocidos.

El determinar la veracidad o falsedad de la noticia puede llevar mucho tiempo o en el peor de los casos no resolverse nunca. Sin embargo, supuestas noticias como la anterior nos obligan a informarnos adecuadamente para establecer nuestra opinión y tomar postura sobre el aspecto en cuestión.

Siguiendo esta premisa es que revisamos los estudios más importantes que se han publicado sobre la religión y la salud en general y sobre las practicas religiosas y la salud mental en particular:

1.- En un estudio realizado por el Profesor de epidemiología de la Universidad de Harvard, Tyler J. VanderWeele y publicado en mayo 2016 por la prestigiosa revista JAMA Psychiatry de la Asociación Americana de Médicos se demostró que existe una conexión beneficiosa entre la salud y la religión, es decir que las personas que asisten regularmente a oficios religiosos mostraron tener mejor salud y un menor riesgo de muerte en la década siguiente a la fecha del estudio. Además, las personas que asisten frecuentemente a los servicios religiosos mostraron una tendencia significativamente menor de suicidio.

2.- En otro estudio de la Doctora Diana Zuckerman de la Escuela de Medicina en la Universidad de Yale, quien estudio a 400 ancianos de los barrios pobres de la ciudad de New Haven en Connecticut, Estados Unidos, encontró que aquellos ancianos que visitan frecuentemente los servicios religiosos vivían más, eran más felices y tenían una mejor calidad de vida que aquellos que no asistían regularmente a los oficios religiosos, en forma independiente del estado social o económico.

3.- Un estudio más, publicado por el American Journal of Epidemiology en el año 2015, le dio seguimiento a más de 9000 personas mayores de 50 años y que vivían en 10 países de Europa. Los autores principales de este estudio, Simone Croezen y Mauricio Avendaño señalan: “La participación de las personas en organizaciones religiosas se asocia con una disminución de los síntomas depresivos, mientras que ser parte de un partido político tiene un efecto perjudicial en la salud mental.

La pertenencia de clubes deportivos y sociales tiene beneficios a corto plazo, pero no conducen a una disminución de los síntomas depresivos a largo plazo”. Demostrando en este estudio el claro efecto benéfico que tiene la religión en las personas con depresión.
Es necesario hacer notar que las investigaciones médicas han demostrado claramente que la religión tiene efectos favorables para la salud física y mental.

Mejora la calidad de vida, hace que las personas vivan más tiempo y disminuye el potencial de muerte de aquellos que tienen tendencias suicidas.

Definitivamente, cuando analizamos estos estudios médicos sobre los beneficios de la religión sobre aquellos que la practican regularmente, no podemos menos que recordar la validez de las palabras del Salmista: “Acercarme a Dios es bueno para mí”. Salmo 73: 28.