Una nueva representación diplomática

La “nueva alianza con la democracia salvadoreña” a la que se refirió Mari Carmen Aponte en un reciente artículo, publicado en elfaro.net, requerirá de misiones diplomáticas que no alienten las trasgresiones a la Constitución con su silencio y que, por el contrario, denuncien las arbitrariedades y ultrajes al Estado de Derecho con la misma severidad y convicción con la que lo hicieron las cuatro exembajadoras aludidas, dignas representantes del pueblo estadounidense.

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El reconocido empresario fue amante de los deportes sobre ruedas.

Por Luis Mario Rodríguez R.

2021-01-20 8:22:42

La transición de gobierno en los Estados Unidos provocó un primer acto concreto en El Salvador: la sustitución de su representante diplomático. Por años hemos contado con embajadores estadounidenses de primer nivel. En las últimas dos décadas destacan, entre otros, Anne W. Patterson (1997-2000), Rose M. Likins (2000-2003), Mari Carmen Aponte (2010-2011 y 2012-2015) y más recientemente Jean Elizabeth Manes (2015-2019). También H. Douglas Barkley (2003-2006) y Charles L. Glazer (2006-2009), aunque menos intensos que sus antecesoras, probablemente por la falta de dominio del idioma español, ejercieron su cargo con la altura que exige la misión de representar al Presidente de los Estados Unidos y a la nación americana.
Todos resguardaron los intereses de su país; es parte esencial de sus funciones. Sin embargo, al mismo tiempo que prestaron atención a los aspectos comerciales, de seguridad y migratorios, propios de la agenda norteamericana, se preocuparon igualmente por la estabilidad política de El Salvador y respaldaron los esfuerzos de las organizaciones locales por fortalecer a las instituciones democráticas.
Sus credenciales en la carrera diplomática les concedieron las habilidades indispensables para combatir los excesos de poder de los gobernantes y funcionarios de turno que se manifestaron mientras desempeñaron su puesto como emisarios de los Estados Unidos. Cito cuatro ejemplos. Antes de su arribo a El Salvador, la exembajadora Patterson se desempeñó como oficial económica y consejera del Departamento de Estado en Arabia Saudita y luego como consejera política en la misión ante las Naciones Unidas en Ginebra. También fue directora del Departamento de Estado para los Países Andinos desde 1991 hasta 1993. Fue subsecretaria adjunta para Asuntos Interamericanos desde 1993 hasta 1996.
Rose Likins sirivió como Jefa adjunta de Misión en la Embajada en Sofía, Bulgaria; Jefa de la Sección Política de la Embajada en Asunción, Paraguay; y Subsecretaria adjunta principal de Asuntos Político-Militares en Washington, D.C. Su asignación más reciente fue Directora adjunta del Instituto de Servicios Exteriores en Washington, D.C., donde también fue Decana de la Escuela de Estudios Profesionales y de Área del Instituto de Servicios Exteriores. Luego fue embajadora en el Perú entre 2010 y 2014.
Mari Carmen Aponte fue nombrada Subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental el 5 de mayo de 2016. Antes de este puesto, se desempeñó como embajadora en El Salvador, cargo que ocupó por primera vez desde septiembre de 2010 hasta enero de 2011 y luego desde junio de 2012 hasta enero de 2016. Al asumir esta responsabilidad se convirtió en la primera embajadora de origen puertorriqueño. Fue parte del equipo de transición del presidente Biden.
Jane Manes empezó su carrera en Washington, D.C. Aceptó un puesto de interina con el Comité del Senado de Relaciones Extranjeras y trabajó para la Agencia de Información en Washington, D.C. de 1992 a 1999. Sus asignaciones subsiguientes en el Servicio Extranjero incluyeron las embajadas en Buenos Aires, Argentina; Montevideo, Uruguay; Ponta Delgada-Azores, Portugal y Brasilia, Brasil. Manes sirvió como Canciller para Asuntos Públicos en la Embajada de Kabul, Afganistán de 2012 a 2013, luego aceptó una asignación corta en Ft. Lauderdale como Subdirectora del Centro Regional de Florida del Departamento de Estado. Cuando el Presidente Barack Obama la nominó como Embajadora en El Salvador, estaba sirviendo como Coordinadora Adjunta Principal en la Agencia de Programas de Información Internacional.
Las exembajadoras Patterson, Likins, Aponte y Manes promovieron el diálogo político, emprendieron titánicos esfuerzos por preservar el espíritu de los Acuerdos de Paz y no aceptaron ni el mínimo indicio de conductas autoritarias por parte de los actores políticos salvadoreños que limitaran la independencia de los Órganos fundamentales del Estado y condicionaran a las instituciones de control.
Manes inició una cruzada en contra de la corrupción. Su empeño por limpiar a la administración pública y profesionalizar el servicio civil fue reconocido por los diferentes sectores políticos, sociales y empresariales. Por su lado, Aponte contribuyó a la solución de una de las crisis políticas de posguerra más difíciles protagonizadas por la Asamblea Legislativa y la Sala de lo Constitucional. Si cualquiera de las dos exembajadoras se hubiera encontrado en funciones el 9 de febrero de 2020, cuando el presidente Bukele militarizó la Asamblea Legislativa, no cabe duda que otra habría sido la reacción del gobierno de los Estados Unidos.
La “nueva alianza con la democracia salvadoreña” a la que se refirió Mari Carmen Aponte en un reciente artículo, publicado en elfaro.net, requerirá de misiones diplomáticas que no alienten las trasgresiones a la Constitución con su silencio y que, por el contrario, denuncien las arbitrariedades y ultrajes al Estado de Derecho con la misma severidad y convicción con la que lo hicieron las cuatro exembajadoras aludidas, dignas representantes del pueblo estadounidense.

Doctor en derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona