Recientemente la CEPA a través de su presidente, hizo pública una línea de tiempo que esperan cumplir para que se logre firmar el contrato de concesión a más tardar en julio de 2022. Este sería el tercer gobierno en turno que miméticamente plantea las mismas acciones: elaboración y preparación de bases, el ansiado road show (por los incontables viajes al extranjero para promoverlo), la convocatoria internacional, la recepción y evaluación de ofertas, la aprobación de la concesión y la eventual firma del contrato. Lamentablemente en los dos gobiernos anteriores —y creo que no será la excepción en el actual— al final las licitaciones se declaran desiertas. Mi modesto e interesado consejo (interesado porque soy un unionense deseoso de que la concesión sea un éxito) es que entiendan de una buena vez las principales razones que impiden que algún operador se interese en pujar en la concesión: (1) CERO CARGA GENERADA/PRECIBIDA EN EL ÁREA DE INFLUENCIA DEL PLU y (2) AZOLVAMIENTO DEL CANAL DE ACCESO. ¡Paren de contar!
Mientras el Estado y las partes interesadas no hagamos nada para solventar estos dos problemas, me temo que será imposible, otra vez, un final feliz del proceso de concesión del PLU, y con ello se verá truncada la aspiración de la zona oriental del país de que este proyecto sea un polo de desarrollo que promueva mejores condiciones socio económicas para nuestra población.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer para revertir esos problemas? En primer lugar, la carga se genera por: (1) industrias con vocación exportadora, (2) industrias/comunidades que demandan materias primas/artículos importados y (3) Zonas de Actividades Logísticas (ZAL) al servicio de las cadenas globales de abastecimiento. Con políticas acertadas (incentivos, asignación de tierras, etc.) y con una agresiva promoción del PLU ante los actores correctos creo que es factible establecer en La Unión y/o sus alrededores lo que se plantea en (1) y (3). La solución más inmediata, que por cierto ha incomodado las veces que la he planteado, es que especialicen el PLU como puerto containero (tal como fue originalmente concebido) y le trasladen la carga actualmente manejada en Acajutla, pero la CEPA ha preferido apostarle a desarrollar una terminal de contenedores exactamente similar a la de PLU en Acajutla, lo que implica más deuda para construirla. Para ser honesto en mi análisis, debo admitir que no es una solución técnicamente inapropiada, pero se vuelve poco razonable considerando que el país ya cuenta con una infraestructura idónea en PLU y bien podría diferirse hasta que la máxima capacidad de este sea alcanzada.
El azolvamiento es un problema aparentemente derivado del poco tránsito que ha tenido el canal de acceso al puerto, los problemas de deforestación en la bahía de La Unión que arrastran sedimentos al mar y las corrientes generadas durante la plea y bajamar. La solución al problema del azolvamiento del canal de acceso y el frente de atraque debe ser asumido por el Estado, al menos bajo las condiciones actuales de poca/nula generación de carga, de lo contrario ningún operador asumirá desde un primer momento esa erogación. Por cierto, de acuerdo al sistema de gestión portuaria que se plantea para el PLU, el modelo Landlord, la gestión de los canales de acceso, ayudas a la navegación y demás inversiones en infraestructura, son de exclusiva responsabilidad del Landlord, es decir la CEPA.
Una vez solventado el problema de la generación de masa crítica (carga) y asumida la responsabilidad del dragado por parte de CEPA, sin lugar a dudas los operadores portuarios globales mostraran interés por pujar por el PLU, antes de esto, es difícil que suceda.
Finalmente, el puerto debe ser concesionado a quien ofrezca: tarifas competitivas para apoyar el comercio exterior del país, los mejores niveles de productividad portuaria respetando el medio ambiente y el mejor proyecto estratégico y de inversiones para atraer industrias y operadores logísticos que generen empleo y oportunidades de negocio.
Este debe ser el principal objetivo de los funcionarios y diputad@s involucrados en la concesión del PLU.
Ingeniero Industrial, Master en Administración Portuaria y Shipping Business