¿Patriotas o caballos de Troya?

Cada día sucede algo nuevo y utilizan la pandemia para querer distraer al pueblo mientras arde el brote del asilo Sara, cerco sanitario en Corinto, mientras renuncia el presidente del BCR después de revelar la disponibilidad de $6,468 millones por la pandemia.

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Nayib Bukele en cadena nacional. Foto Cortesía @SecPrensaSV

Por Ricardo Lara

2020-09-24 6:33:02

Los actos de magia de personas comunes que desaparecen y aparecen en cargos públicos y en la época electoral resultan, aparte de burdos, quizá algo cómicos; sin embargo, no se debe tomar a broma tales apariciones pues una vez se cumple el objetivo de alcanzar el cargo público, se olvidan de la temporalidad del mismo.
Nuestra sangre política tiene un ingenio y un desprecio por los marcos legales mientras ostentan el cargo y quien no esté de acuerdo, además de adversario, es enemigo; tristemente no se escuchan propuestas reales de personas que conocen de las realidades que se pueden cambiar y que se pueden llevar a cabo sino que de a poco salen muchos candidatos ofreciendo resolver problemas históricos, sabedores de que lo ofrecido nunca se concretará, nunca se llevará a cabo; el objetivo es llegar a como dé lugar a ocupar un cargo y ahora lo más preocupante cambios a la Constitución.
Debe el elector abrir sus ojos y oídos ante estos cantos de sirena. Debo aclarar, nadie se queda pobre de ofrecer promesas que se las llevará el viento; ejemplos sobran: una vez que alcanzaron el objetivo olvidan “el patriotismo” y en meses están ofreciendo su voto al mejor postor, llámese éste Ejecutivo o por el miedo de perder el caudal político callan tal como lo venden atacando a la Asamblea y ésta no se defiende; hay personas que aspiran a cargos cuando hace meses o años anduvieron en pláticas con la oposición a la que dicen detestar, y es un insulto a la Patria y a los salvadoreños ofrecer sueños que nunca serán realidades.
¿Cuánto tiempo llevan sin agua muchas colonias? Años. Ni la propia institución responsable del manejo del agua tiene la capacidad para surtir de agua, y ver candidatos que de un día para otro aparecen cual el salvador de los desamparados. Este no es problema del entusiasmado candidato sino de las instituciones políticas que deben ocupar un finísimo colador para detectar al aprovechado, al arribista, al vividor que una vez logrado el objetivo, olvida la tragedia humana; tristemente el elector está cansado de una clase política, y nada más peligroso que esto para la democracia. El pueblo tiene que saber elegir a sus representantes en estas próximas elecciones. Los candidatos del partido oficial no llevan propuesta alguna sino el caudal de votos que el partido tiene y los arribistas creen que ofreciendo milagros y queriendo robar las luces, apareciendo donde haya una oportunidad de vender una desteñida imagen, lograrán engañar al pueblo. El Salvador necesita mantener la democracia.
Los problemas históricos de que adolece El Salvador no se solucionan en un chasquido de dedos, y no deben ser tales problemas el Caballo de Troya para llegar a la Asamblea; lamentablemente ante el agobio y desesperanza de un pueblo que día a día tiene hambre, enfermedad y desempleo, de la nada surgen personajes con pasado sin valores que se creen los redentores.
Deben las propuestas técnicas superar y garantizar la democracia, motivación para que un elector elija a un candidato; no se puede querer vender una falsa imagen donde todo es a conveniencia del candidato y la lealtad de este al Ejecutivo y una vez en el cargo todas las promesas de campaña quedan en el olvido solo una no cambiar o modificar la Constitución.
Cada día sucede algo nuevo y utilizan la pandemia para querer distraer al pueblo mientras arde el brote del asilo Sara, cerco sanitario en Corinto, mientras renuncia el presidente del BCR después de revelar la disponibilidad de $6,468 millones por la pandemia.
Iniciamos de poco en poco retomar esta nueva normalidad, muchos seguimos dudando de los datos oficiales sobre lo que ocurrió en los meses de cuarentena. Dos realidades tengo claras: la pandemia demostró que nuestro Código de Salud no es acorde a los nuevos retos y dos el Código Municipal en el tema de salud cada quien en 262 municipios utiliza la salud pública como campaña política.
Llegó el momento en que el ciudadano honrado, trabajador se vea reflejado en sus autoridades y no conformarnos con lo peor o lo mediocre, pues las consecuencias no tienen color político, las sufrirá un pueblo entero que no supo identificar al patriota del pícaro que ocupando un Caballo de Troya logra cumplir su sueño: vivir de la política y no servir a un pueblo cada día mas desencantado. No olvidemos: no es la Constitución la que no funciona; muchas veces son los que la quieren usar a su conveniencia y el día de mañana el desencanto sea peor y de una frágil democracia pasemos a una dura y desalmada dictadura.

Médico.