Una debilidad de la democracia es la facilidad con la que sus principios de igualdad la convierten en oclocracia: “gobierno de las masas”, que en realidad es “gobierno de quien manipula las masas”.
Manejar muchedumbres es fácil cuando no se tienen escrúpulos. Solo se necesitan dos ingredientes muy comunes en nuestros países latinoamericanos: ignorancia y odio. Todo país con educación deficiente, o doctrinante, cae fácil en oclocracia.
Recordemos, “adoctrinamiento” es opuesto a “educación”. Educación es encontrarse como individuo; adoctrinamiento, perderse en la chusma; educación es luchar por objetivos propios; adoctrinamiento, ser usado para objetivos ajenos; educación es aprender a cuestionar, adoctrinamiento, a creer y obedecer.
Debemos diferenciar entre “instrucción” y “educación”. No es lo mismo. Alguien con título universitario puede estar perdido en la masa. Alguien sin saber leer puede tener identidad, dignidad, sueños y el conocimiento para ir tras ellos, es decir, ser educado, aunque esto último no sea la regla, sino excepciones.
Que el voto de un ciudadano fanático e ignorante tenga igual valor que el de un intelectual, consciente, es el eslabón débil, de donde la democracia se rompe. Es más fácil conseguir votos irracionales, que razonados. Por eso, a los populistas, mercaderes del hambre, les conviene la ignorancia, es propicia para inocular odio y así tener la mesa servida.
¿Qué debemos hacer entonces? ¿Que unos votos valgan más que otros? NO. Como principio fundamental, todo ciudadano tiene el mismo valor ante la ley. Debemos trabajar para que más votos sean razonados; que detrás de cada voto haya un ciudadano informado y consciente, buscando un mejor país para las presentes y futuras generaciones.
¿Cómo logramos eso? Se necesita un esfuerzo importante, lindando con sacrificio, de cada ciudadano que sabe que el país va a la catástrofe y queremos evitarla. Necesitamos construir una relación “simbiótica”.
Simbiosis es la interdependencia vital entre seres vivos que buscan sobrevivir juntos, porque separados mueren ambos. Para lograrlo, renuncian a una parte de sí mismos, para dejar que uno encaje en el otro y viceversa. Quienes decidamos establecer simbiosis debemos renunciar a una parte de nosotros, para unirnos en el objetivo común: Patria, República, Democracia y Libertad, conscientes de que unidos salvamos la Patria; separados nos hundimos con ella.
Debemos trabajar como un solo ente como estructura articulada y sincronizada, como máquina.
El trabajo consiste en conversar, debatir, discutir, luchar por crear consciencia en la mayor cantidad de conocidos, familiares, compañeros, vecinos, etc. en el sentido de que adquieran la capacidad de proyectar, partiendo del pasado y el presente, el futuro a corto y mediano plazo, al que se dirige el país. Para lograrlo se requiere que todos manejemos conceptos básicos y una estrategia clara y simple.
En un artículo posterior desarrollaré a profundidad esos conceptos básicos y esa estrategia; por ahora dejaré un borrador de ellos:
Conceptos básicos
•Ciudadano confundido = Aquel que intenta ordenar elementos de su realidad, pero algunos, no encajan.
•Fanático = Aquel que renunció a razonar, a su humanidad, y decide pasar a ser nadie. A ser instrumento de otros.
•Ciudadano apático = “No me importa la política, si no trabajo, no como”, la frase típica.
• Proyección = Capacidad de prever un futuro próximo, alineando el pasado y el presente, en secuencia lógica y apoyado en principios objetivos.
• Impuesto. Dinero que el contribuyente paga al gobierno, a cambio de recibir servicios.
• Deuda gubernamental = Dinero que el gobierno usó ayer y hoy, pero que serán las generaciones futuras, quienes lo pagarán
• Interés sobre deuda = Interés que debemos pagar los contribuyentes actuales, producto de deuda anterior y actual.
• Riesgo país = Es la posibilidad que el gobierno, decida no pagar sus deudas
• País atractivo para inversión = País que reúne las condiciones de estabilidad y certeza legal, para decidir llegar a invertir.
Estrategia
• No perder tiempo con los irracionales y fanáticos.
• Enfocarse principalmente en el confundido y en el apático
• Evitar lenguaje que muestre aversión a personajes específicos, enfocar el mensaje en defender principios y el futuro de hijos, nietos y del país.
• Induzca a pensar, calcular, proyectar, analizar, comparar, etc. es importante que la gente piense, lo que sea, pero que piense.
• Brinde información y datos concretos, junto a herramientas de razonamiento. Pida que analice los datos con cabeza fría, en casa.
• Recuerde que es el ciudadano mismo quien debe llegar a conclusiones.
• Una vez razone correctamente, déjelo, el trabajo estará hecho. Que él, en uso de sus facultades mentales, use su libertad.
Psicólogo.