OPINIÓN: ¿Dónde están los partidos políticos?

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Manuel Hinds / Foto Por Archivo

Por Manuel Hinds

2021-01-08 5:22:48

Hubo una época que duró al menos treinta años en la que la política del país estaba estructurada alrededor de los partidos y, a través de ellos, de ideologías. En esos años la gente veía a esos partidos como ahora ve a los clubes europeos de fútbol, como instituciones aceptadas en su totalidad y para siempre, a ser defendidas en cualquier circunstancia contra cualquier ataque, justificado o no. Esa partidización parece estar deshaciéndose.

La sospecha creciente de que los partidos políticos no eran manejados para el beneficio del pueblo llevó eventualmente a la derrota en 2019 de los dos más grandes, ARENA y FMLN, por el ahora presidente, que usó a GANA como un vehículo personal para llegar a la presidencia, no como una organización de personas con ideas similares y objetivos compartidos (excepto el de colocarlo a él en el poder). El presidente eventualmente fundó Nuevas Ideas, que no ha sustituido el papel que jugaron ARENA y el FMLN porque, distinto de estos, no tiene una ideología ni vida propia fuera de él. Por esa razón, no tiene una membresía tan grande como las que los viejos partidos tuvieron en sus mejores años.

Esto tiene consecuencias muy importantes para las elecciones de diputados y alcaldes como las que vienen a fines de febrero. Estas elecciones, como es bien sabido, son más locales que las de presidente y la gente busca, aun cuando los partidos son fuertes, votar por las personas que le dan más confianza. Esta tarea se facilita en el mundo organizado a través de partidos políticos porque éstos brindan una base de ideas que la gente supone que todos los candidatos comparten. Eso disminuye la necesidad de conocerlos a fondo para tener una idea de cómo van a votar en la Asamblea o de cómo se van a comportar en la alcaldía. En el caso en el que los partidos se han debilitado, ese apoyo no existe y la gente tiene que investigar más por quién votar.

La contrapartida de esto es que hay un porcentaje bien alto de gente que podríamos llamar votantes “libres” o “independientes”, que quieren participar en las elecciones pero que no tienen una preferencia por ningún partido en particular. En el caso concreto de las elecciones de febrero, hay mucha gente que está segura de votar que todavía no ha tomado la decisión de por quién hacerlo. Esto, por supuesto, presenta grandes oportunidades para los partidos políticos de oposición, que todavía pueden luchar para conseguir muchas victorias. En general, sus candidatos son mucho mejores que los de Nuevas Ideas. Es importante, pues, que promuevan a sus candidatos individualmente.

Este cambio va a ser bueno para el país porque está haciendo que los partidos se esmeren más que nunca en presentar candidatos buenos. También les da un sentido de mayor responsabilidad a los diputados. Sin embargo, es importante que los partidos construyan una identidad basada en el país que quieren construir y que la promuevan para darle un sentido a su lucha política y para cohesionar a sus bases. Ellos tienen que evitar cometer el mismo error que el presidente Bukele, que reduce la política a una serie interminable de ataques personalizados sin prestar atención a las realidades del país, sin formar una imagen del país que él quiere lograr, exceptuando por supuesto que él quiere tener el control absoluto del poder. Este estilo de política, el más primitivo, puede ser exitoso en el corto plazo, mientras dura el efecto del carisma de la persona en el que está basado, pero se debilita muy rápidamente.

Eventualmente lleva al fracaso.

La falta de consistencia ideológica crea un vacío que Nuevas Ideas no puede llenar porque no tiene la capacidad de generar una visión de país, ni ahora ni en el futuro. Esta es una gran debilidad porque la gente está empezando a preguntarse hacia donde vamos. Los otros partidos tampoco tienen esta visión, pero sí tienen la capacidad de armarla. Si quieren avanzar, los partidos políticos de oposición deben llenar este vacío, logrando una ventaja que puede ser decisiva en ésta y otras campañas, no solo porque les da un rumbo, sino también porque les da una base para cohesionarse.

Máster en Economía

Northwestern University