Consecuencias de una pandemia sin plan económico

¿Qué pasará si la pandemia dura 3 meses más, 6 meses, 1 ó 2 años más? ¿Cuál será el plan entonces? Es inaceptable y absurdo que aún no se logran establecer políticas económicas.

descripción de la imagen

Por Lourdes Argueta

2020-05-10 7:55:03

Si bien es complejo conocer exactamente cuál será el daño económico de la pandemia mundial del coronavirus, existe un acuerdo generalizado entre economistas de que tendrá graves impactos negativos en la economía global. El COVID-19 incluso plantea un verdadero desafío al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas de acabar con la pobreza para el año 2030, ya que la pobreza global podría aumentar por primera vez desde 1990 y podría representar una inversión de aproximadamente una década en su reducción. La mayoría de países ya está siendo afectada, los mercados bursátiles mundiales han sufrido caídas dramáticas, pero son particularmente los países más pobres y en desarrollo que sufrirán las consecuencias más fuertes.
El Salvador por supuesto que no es excepción, aunque el estado de emergencia y la cuarentena domiciliar son las medidas correctas y necesarias hasta el día de hoy, no son sostenibles a largo plazo. Se debe continuar con los esfuerzos de contingencia y prevención del virus, sin ignorar las consecuencias económicas que nos esperan en el futuro. Para ello es imperativo la aprobación e implementación de medidas económicas integrales que apoyen sustancialmente a los emprendedores, a la micro y pequeña empresa, el motor de nuestra economía.
Siendo las más vulnerables del sector productivo, las más de 300,000 MYPES en el país ocupan una fuerza laboral de más de 800,000 personas. Personas que se verán o se han visto afectadas directamente por la caída de ventas realizadas, por la falta de un salario o de beneficios. La calidad de vida decaerá rápidamente e impactará de primero al sector más vulnerable de todos: 2 millones de personas que viven en el marco de la pobreza multidimensional. Es muy probable que los impactos adversos podrían generar niveles de pobreza similares a los registrados hace 30 años.
Esto es alarmante. Para quienes no podrán trabajar durante estos meses, podría significar la pérdida permanente de sus empleos, los gastos de sus ahorros de vida, o si son trabajadores informales, que no puedan recuperarse dentro de este año, por lo que no pueden permitirse quedarse en casa del trabajo. Además la atención preventiva y la educación para la salud son menos accesibles para las personas de bajos ingresos que tienen más probabilidades de tener condiciones de salud preexistentes, contraer el COVID-19 y morir por ello. Por lo que si el objetivo final es contener el virus, la caída de la economía obstruye más estos esfuerzos. La pandemia, para El Salvador, nos comparte un doble daño colateral: las muertes por la enfermedad, y en una mayor proporción, las muertes por hambre.
¿Qué pasará si la pandemia dura 3 meses más, 6 meses, 1 ó 2 años más? ¿Cuál será el plan entonces? Es inaceptable y absurdo que aún no se logran establecer políticas económicas. Tener que escoger entre aplanar la curva y salvar la economía es una falacia, cuando la realidad nos invita a invertir en ambos sectores, salud y economía, para salir fortalecidos. Por eso hago un fuerte llamado a los diputados: pierdan el miedo e insistan en aprobar estas medidas. A los ministros y en especial, al Presidente Bukele: es su responsabilidad, como gobernantes, planificar a largo plazo y asegurar que los salvadoreños tengamos las posibilidades para subsistir. No pierdan más el tiempo. La vida de los salvadoreños depende de ello.

Directora de Transparencia de Nuestro Tiempo