Fútbol mata ciencia...

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Javier Argueta es el asesor jurídico de Casa Presidencial. Foto: Archivo

Por Óscar Picardo Joao

2022-01-03 6:00:35

El presidente de la República de China y  secretario general del Comité Central del Partido Comunista Xi Jinping?, ingeniero químico y la excelentísima Embajadora extraordinaria y plenipotenciaria de China en El Salvador Ou Jianhong Filóloga hispánica, seguramente sabrán que el modelo de desarrollo que necesita un país pobre y pequeño debe sustentarse en la educación.

¿Necesitamos un estadio de fútbol o laboratorios y equipos de simulación, medición, automatización, inteligencia artificial, biología molecular, modelaje matemático, para lograr más y mejores patentes? Por ejemplo, la Universidad de Peking aquí presenta no menos de cuarenta laboratorios especializados: https://english.pku.edu.cn/labsCenters.html?_isa=1

Tenemos varios estadios, suficientes para un fútbol de mala calidad, quizás un laboratorio de medicina y rendimiento deportivo hubiese sido mejor decisión; con el Mágico González -en remodelación-, el Cuscatlán, el Oscar Alberto Quiteño de Santa Ana y el Juan Francisco Barraza de San Miguel, más otros de menor calado, es suficiente…

Paréntesis, para colmo, van a construir este nuevo estadio, una verdadera obra de arquitectura en el espacio de la Escuela Militar, y según comentó el presidente en un tweet “la nueva Escuela Militar contará con el doble de espacio y mejores instalaciones”; al respecto dos consideraciones: a) ¿Hay recursos para demoler la actual Escuela Militar y hacer otra nueva mucho más grande?, ¿es necesario tener una mega Escuela Militar?; y b) ¿Ya pensaron en la planificación urbana y en el tráfico que va a generar un estadio de 50,000 personas en la zona, la cual está generalmente saturada?

Las universidades -junto a los docentes- son el techo de la calidad del sistema educativo; ninguna sociedad es superior a su sistema de educación terciario, sin embargo, el diagnóstico del nivel es preocupante: a) Limitada internacionalización y movilidad; b) Menos de la mitad de IES acreditadas; c) casi no hay patentes residentes; d) Limitadas publicaciones en inglés; e) Baja inversión en I+D; f) Baja inversión en equipos y laboratorios; g) Limitada diversificación de ingresos (cuotas); h) Honorarios docentes bajos; i) Cuotas bajas; j) la matricula es de apenas 25%; y k) la tasa interna de retorno del nivel es negativa.

El porcentaje de inversión en I+D respecto al PIB es de 0.16%; de las 3,900 investigaciones anuales que reporta la Dirección Nacional de Educación Superior, solo 716 son institucionales, y su impacto es casi nulo en los sectores productivos.  La situación de publicaciones científicas en base de datos según Institute for Scientific Information 2016-2020 registra para El Salvador solo 374 artículos, muy por debajo de toda la región, inclusive inferior a Guyana, Granada, Barbados.

La disponibilidad de doctores e ingenieros también es muy baja, y esto es un problema para la academia como para la atracción de inversión extranjera. En general, el sistema terciario sigue funcionando como un “ascensor social” (Martín-Baró).

Pero al final, en los países del tercer mundo la gente suele gritar más fuerte gol que las injusticias, y esto es una métrica de la ignorancia; los jóvenes saben todas las estadísticas del Real Madrid y del FC Barcelona, conocen la vida y milagros de Cristiano Ronaldo y Messi, de hecho son los dos principales referentes del país. Pero les va muy mal en los resultados de Matemáticas de las pruebas estandarizadas nacionales e internacionales, y poco saben de cultura macroeconómica o de inconstitucionalidades…

El fútbol es apasionante, pero también es un poderoso psicotrópico en el marco de los debilitamientos democráticos latinoamericanos, basta recordar el vergonzoso Mundial de Argentina 1978; como dirían algunos “Pan y Circo”, y el fútbol y la selecta nos une, y por 90 minutos o más olvidamos y perdonamos todo.

Pero el desarrollo deportivo de una nación también es un indicador importante a construir; contar con buenas instalaciones, equipos y sobre todo una dirigencia estratégica permite a muchos jóvenes proyectar un horizonte profesional, pero aquí estamos “poniendo la carreta delante de los bueyes”, primero hacemos el estadio y luego -a saber cuándo- mejoraremos la dirección del deporte.

En política, un estadio siempre se ve mejor que un laboratorio de biología molecular; así como un futbolista siempre gana mejor que un científico; aunque los goles juntos de Messi, Cristiano o el Mágico González no nos sirven para diseñar una estructura molecular de ARN mensajero… Así es la vida de cruel: el show y el entretenimiento están por encima de las cosas esenciales de la vida. Inclusive en época de pandemia preferimos arriesgarnos  a disfrutar el gran partido de México versus El Salvador que salvaguardar la bioseguridad de los fanáticos. La inteligencia política prefiere votos y no patentes…

A pesar de todo, le damos la bienvenida a la biblioteca nueva y al estadio, y agradecemos al gobierno de la República de China y su pueblo esta generosa cooperación.

Al final fútbol mata ciencia, y seguiremos sumergidos en los espejismos de la ignorancia, gritando gol, pero ahora en un lugar más bonito ( y ojalá que gritemos gol…); y mientras la ciencia y la tecnología avanza a pasos agigantados en el marco de la transformación digital, seguiremos siendo testigos mudos, haciendo algunos volcanes con Alka-Seltzer y robots con legos en las ferias de ciencias…