El Comité de Empresarias de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador realizó este jueves su XV Congreso Mujer y Liderazgo, trabajando por 15 años consecutivos para reunir más de 400 mujeres cada vez y proveyéndoles herramientas que les ayuden e inspiren a ejercer el liderazgo que dentro de la sociedad les corresponde.
Eso de que “les corresponde” no implica un derecho, sino una grave e indeclinable responsabilidad, al grado que los regímenes totalitarios, para apoderarse de un Estado, busca la manera de alienar a la mujer, destruyendo así a la familia y consecuentemente, a la sociedad. Es decir: el papel que la mujer desempeña, determina qué clase de sociedad tendremos. De allí el llamado siempre actual y urgente que el Comité de Empresarias mantiene, para que las mujeres ejerzamos un liderazgo positivo y permanente en nuestro país.
El pensador moderno, Master Del Pe, expone que las mujeres tenemos una enorme habilidad para construirnos y transformarnos a nosotras mismas y, haciéndolo, transformamos a nuestras familias, comunidades y sociedad. “Porque la universalidad de las mujeres las coloca en una posición única de autoridad dentro de la transformación global, por sus roles como modelo social y matriz de virtudes, como cocreadoras en la función divina de dar vida y como ser espiritual”. Y continúa: “Las mujeres son las llamadas a transformar positivamente la civilización entera, porque son seres de luz, amor y poder”.
Según Del Pe, a la luz pertenece lo relacionado con la mente: conocimiento, inteligencia, creatividad. El amor, relativo a los sentimientos, dividiéndolo en humano y divino: el amor humano motiva las relaciones entre la gente: la compasión, el servicio, la bondad, el deseo de ayudar a los demás, la necesidad de entrega y de formar una familia (lo cual genera vitalidad sexual). El amor divino infunde fe, inspiración y perdón: la habilidad de sanar el pasado y transformar el futuro; es belleza interior que se refleja al exterior. ¿Y el poder? Significa la fuerza de voluntad: determinación, persistencia, perseverancia, coraje, fortaleza; incluso, fuerza física, todas ellas cualidades de las que la mujer, en su diario trajinar, debe hacer gala.
Proverbios 31 parece describir a la mujer empresaria que, diariamente, lucha por mantener su balance entre el trabajo, el hogar y la familia. Dice: La mujer fuerte, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Ella se procura lana y vino y hacen las labores con agrado sus manos. Todavía de noche se levanta y distribuye a su familia la pitanza y da órdenes a sus trabajadores. Experimenta que es buena su ganancia y de noche apaga su lámpara. Se reviste de fortaleza y de dignidad y sonríe ante el porvenir. Con sabiduría abre su boca y en su lengua está la ley de la bondad. Vigila la marcha de su casa y no come su pan de balde. Álzanse sus hijos y la aclaman bienaventurada y su marido la ensalza. Engañosa es la gracia, vana la belleza; la mujer que teme a Dios, esa es de alabar”.
Los congresos Mujer y Liderazgo hacen conciencia sobre el valor de la mujer y la necesidad de su liderazgo en nuestro país. Un liderazgo que debe ejercerse siendo luz, amor y poder, con el autoconocimiento de que ella vale más que las perlas. Un liderazgo no con feminismo, sino con feminidad.
¡Felicitaciones, Comité de Empresarias y Cámara de Comercio e Industria de El Salvador!
Empresaria