Dantzig o el potencial por descubrir

El Principio de Descomposición de Dantzig-Wolf permite el manejo óptimo de grandes cantidades de datos. Sus contribuciones han ayudado a hacer más eficientes el uso de recursos

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Foto: Archivo EDH

Por José María Sifontes

2020-11-13 10:05:45

A muchos les parece que la historia de George Dantzig es tan extraordinaria que no puede ser más que una leyenda; pero sucede con frecuencia que la realidad supera a la ficción. Y una de las cosas curiosas de lo que voy a relatar es que verdaderamente ocurrió. George Bernard Dantzig nació en Portland, Oregón, en 1914. Hijo de inmigrantes instruidos pero que pasaban tiempos difíciles. El padre, un matemático de origen ruso, y la madre, una lingüista francesa. Al conseguir su madre un empleo en la Biblioteca del Congreso, la familia se trasladó a Washington.
Poco tiempo después su padre sería contratado por la Universidad de Maryland como profesor de Matemáticas. Desde niño George mostró habilidad con los números, por lo que su padre lo entrenó en ese campo. Al terminar su bachillerato estudió Matemáticas y Física en la universidad donde su padre enseñaba. Completó luego una maestría en Matemáticas en la Universidad de Michigan. Era, sin duda, un buen matemático, tanto que colaboró con su padre en la edición de un libro de la especialidad. Sin embargo, no parecía mucho mejor que sus compañeros de clase, con rendimiento bueno, pero no espectacular. Interesado especialmente por la Estadística escribió al profesor Jerzy Neyman, académico de la Universidad de California en Berkeley, quien lo ayudó para ingresar a ese centro de estudios como candidato al doctorado.
Una mañana de lunes de 1939 George se despertó tarde y llegó con 20 minutos de retraso a la clase del profesor Neyman. Como no era la primera vez que pasaba entró con cautela para no ser notado y se sentó al final del auditorio. En el pizarrón estaban escritos dos problemas estadísticos. Los copió en su cuaderno pensando que era la tarea para esa clase. Pasó varios días resolviéndolos, sólo advirtiendo que eran más complicados de lo usual. En otro día de clase, al final de ésta, pasó al frente mientras el profesor dibujaba unas gráficas en el pizarrón. Se disculpó por llevar la tarea con retraso y a petición de Neyman, quien apenas lo volteó a ver, dejó la tarea en el escritorio. Seis semanas después fue convocado a la oficina del profesor (otros dicen que lo visitó en su casa). George, creyendo que se trababa de una amonestación, se sorprendió al ver a varias personas aguardándole. El profesor le dio una efusiva felicitación.
Resulta que los problemas que George había resuelto no se trataban de una tarea sino de dos ejemplos de problemas estadísticos que ningún matemático en el mundo había podido resolver desde la época de Einstein, cuando fueron planteados. Se puede decir que allí comenzó la notable carrera de George Dantzig como científico. El tiempo le haría merecedor de innumerables premios y reconocimientos por sus valiosos aportes.
El profesor Dantzig hizo grandes progresos en Programación Lineal y desarrolló el Método Simplex, que optimiza procesos en múltiples áreas. El Principio de Descomposición de Dantzig-Wolf permite el manejo óptimo de grandes cantidades de datos. Sus contribuciones han ayudado a hacer más eficientes el uso de recursos y una de sus ecuaciones es considerada como una de las diez más importantes del siglo XX. Actualmente su legado es parte esencial de la Logística y de la Ingeniería Industrial.
Una pregunta que el mismo profesor Dantzig se hizo por mucho tiempo es qué hubiese pasado si aquel día hubiera llegado temprano a clase. “Muy probablemente ni hubiera intentado resolver los problemas”, solía responderse.
Médico Psiquiatra.