Roban, reciclan, apoyan dictadura

Aquella frase “El dinero alcanza cuando nadie roba” era solo un anzuelo para cazar votos de aquel salvadoreño desencantado; valdría la pena cambiar tal frase: “El dinero no alcanza porque todos roban”.

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Centro judicial Isidro Menéndez de San Salvador. Foto EDH/archivo

Por Ricardo Lara

2020-11-26 6:27:58

El título de este artículo apenas menciona algunas de las cualidades del gobierno que dirige los rumbos de este país. La necesidad y sed de dinero es insaciable. Recordemos el vergonzoso episodio de la toma de la Asamblea Legislativa para presionar por la aprobación de 109 millones de dólares, mancha para la Fuerza Armada que se prestó a desfigurar una institución profesional.
Luego dice el ex presidente del Banco Central de Reserva que se le dio al Ejecutivo quince millones en efectivo cada día. ¿Dónde está ese dinero? Nadie sabe nada, aún no permiten que se les audite. La pandemia que sufre el país fue “la tormenta perfecta” para pedir miles de millones y hacerlos desaparecer. Se han cometido tantos delitos que el Fiscal General tiene un arduo trabajo para llevar hasta las últimas consecuencias a los responsables.
Particularmente fue el MINSAL el que mientras los ancianos del asilo Sara morían junto a tanto personal de salud, ellos se dieron a la tarea de comprar mascarillas, botas y tantos insumos médicos, cuando no solo condenaron a la muerte al personal de salud — delito que debe ser investigado— sino que se enriquecieron a costa del dolor del pueblo y podemos mencionar tantos delitos donde el #Robo ha marcado un punto de inflexión y que demuestra que aquella frase “El dinero alcanza cuando nadie roba” era solo un anzuelo para cazar votos de aquel salvadoreño desencantado; valdría la pena cambiar tal frase: “El dinero no alcanza porque todos roban”.
Los institutos políticos son una infraestructura y quienes roban son las personas comunes y corrientes. Debe llegar el momento que se castigue el robo con todo el rigor de la ley pues en menos de dos años se han quebrado la economía del país. En un inicio se habló de “Nuevas caras”, un partido fresco, emergente, inclusivo y llega esa desilusión y decepción a todos los seguidores creyendo que sería una oportunidad donde el talento prevalecería y nada más alejado de la realidad. El #reciclar lo peor de los partidos políticos dice mucho de lo grave que sería que esta gente llegue a la Asamblea Legislativa; se ha reciclado a personajes con oscuros pasados. ¿Tan mal está el partido en el gobierno que no encontró rostros nuevos? Hay dos respuestas, la primera es que se busca personajes que callen e idolatren a su amo, y la más acertada es que hay un miedo al talento como nunca.
Toda persona con excelente preparación académica ha sido apartada, el pensar está prohibido y entonces se prefiere lo común, lo vulgar, la patanería como requisitos para formar parte de ese reciclaje. Con una frase acuñada durante la campaña electoral pasada: “Los mismos de siempre” hoy sucede que son “Lo peor de los mismos de siempre”.
Basta ver los rostros para darse cuenta de que son los mismos y con una ansia de llegar a determinado cargo pues nunca se había visto tanto dinero en manos de un gobierno y el objetivo que lleva el Ejecutivo es enriquecerse sin importar el futuro de un país que creyó en ellos; sin embargo, a “ellos” poco les importó hacer bien las cosas, servir a una nación y no servirse de ella.
Algunos que se ocultan tras el apoyo de Casa Presidencial apoyaron abiertamente una #dictadura. No sé si la población tiene idea de lo que es perder todo lo ganado a costa de miles de muertos durante la guerra civil; o pueda ser que son tan jóvenes que desconocen nuestra historia y apoyan una dictadura sin saber lo duro que es vivir bajo un régimen represivo donde se anula toda acción, opinión o la mínima ofensa que atente contra su líder. Apoyar dictaduras por jóvenes quizá se perdone, pero hombres mayores, vividos, que se creyeron héroes de guerra y ahora son apenas unas sombras indignas no tiene perdón pues apoyar a que El Salvador se convierta en una dictadura dice lo bajo que estos personajes viven.
“Robar, reciclar y apoyar una dictadura” dice la debacle en que ha caído este gobierno. Falta ver un desfile de funcionarios siendo huéspedes del sector nueve de Mariona. No hay escapatoria. Jugaron a ser diferentes y sí que lo son: jamás en la historia de El Salvador se han saqueado las arcas de un estado de la forma que este gobierno lo hace y tenemos aquel fanático cuyo triste consuelo es: “Si los otros también robaban”. Se trata de personas que se conforman con lo peor y defienden conductas delictivas si es su mesías el que las hace, sin saber que ese dinero es el futuro de sus hijos.
Si no allanamos el camino, el retorno será muy difícil pues estamos a las puertas de salvar la democracia o caer en una dictadura.

Médico.