¡Cómo quisiera creer!

 El pésimo manejo de la pandemia es el reflejo de la incapacidad, corrupción por parte del gobierno. Indigna que después  de cuatro meses nadie haya elaborado un protocolo sobre las nuevas normas de convivencia.

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Foto EDH Jorge Reyes.

Por Ricardo Lara

2020-08-11 5:29:26

¡Cómo quisiera creer que el manejo de la pandemia ha sido una fuente de virtudes teologales!

¡Cómo quisiera creer que ha existido un deseo genuino por proteger al personal de salud y sobre todo al pueblo salvadoreño!

En un país donde la corrupción es endémica tristemente ha sido la pandemia el caballo de Troya que en vez de llevar un ejército en sus entrañas lleva la corrupción más grande; ese vientre ha parido negocios turbios como la compra de botas de hule, mascarillas, caretas a precios por encima de sus valores y la dignidad del personal de salud expuesto a la muerte.

Como médico conozco la vulnerabilidad a la que estamos sometidos pero la complicidad y la corrupción terminaron de matar una tan leve esperanza que pensábamos que había en el gobierno de turno. ¡No hay esperanzas! ¿Qué pasó con las tomas de muestras al personal de salud cuatro meses después de iniciada la cuarentena del terror? Muchas pruebas están congeladas como congeladas están las almas de las personas responsables del manejo de la pandemia; todo quedó en el ayer, nadie sabe nada del memorándum malinchista donde personajes venezolanos son los que deciden. ¿Qué protocolos se han tomado en relación con el personal de salud que le dijeron dio #COVID_19 +? Parece que ninguno, deben decorrupci seguir trabajando y contagiando a otros.

Leer comentarios escritos por funcionarios públicos  en las redes sociales donde se culpa a los miembros de la Sala de lo Constitucional como los sicarios de la muerte de miles de salvadoreños dice lavileza y lo mediocre de las personas que son las responsables del manejo de la pandemia: mentir, corromper y confundir pero aprovecharse de la peor situación de salud por la que atraviesa El Salvador y el mundo solo reafirma que lo actuado por las autoridades de salud al momento se convierte en un crimen.

No es la Sala de lo Constitucional la responsable de esta debacle, para los que vieron en el dolor y la muerte lo que nadie pudo imaginar: ¡el negocio de sus vidas!, mientras se busca confundir a la población, hasta mucho se tardó la Sala de lo Constitucional en dar su resolución apegada a derecho,  pero eso no gusta a los responsables del manejo de la pandemia. Ahora sucede que “la han manejado con todo el rigor científico del mundo y con toda la transparencia y honradez nunca antes vista”. ¡Cómo quisiera creer que todo es un sueño y no esta pesadilla que vivimos!

Buscar culpables en el otro cuando mi culpabilidad no cabe en el espejo… no hay palabras para aceptar tal conducta; día a día el equipo de bioseguridad es de menor calidad y viene un momento donde el personal de salud se confía creyéndose protegido. ¿Cómo se le puede llamar a entregar mascarillas que no cumplen ni el mínimo requisito de protección? Que la mentira cae a pedazos, y qué mejor forma que atacar a cualquiera menos aceptar la culpa.

Algunas de estas conductas rayan en el delito, ¿y la FGR dónde está  para investigar esos negocios turbios realizados entre familiares mientras el país muere? Ver que en un momento tan difícil se aproveche para el lucro no tiene nombre. Cómo quisiera creer que el personal de salud ha recibido la capacitación adecuada para quitarse el gabachón; sin embargo, cada miembro del personal de salud lo hace según sea lo crea mejor. Así de mal las cosas.

El pésimo manejo de la pandemia es el reflejo de la incapacidad, corrupción por parte del gobierno. Indigna que después  de cuatro meses nadie haya elaborado un protocolo sobre las nuevas normas de convivencia.

¡Cómo quisiera creer en la pureza de intenciones de los responsables y que todo es un mal sueño, una pesadilla! Sin embargo, no lo es. Esto es demasiado duro para un país ya golpeado por huracanes, saqueos. ¡Cómo quisiera creer que todo marchará bien y que todo lo anterior es mentira, que el país es la prioridad para el gobierno, que todos los funcionarios son honorables! Pero la realidad me dice que no,  lo único que queda es poner a unos en contra de otros.

¡Cómo quisiera creer que El Salvador no es el país cuya economía cae a pique dejando una destrucción en cada hogar salvadoreño! ¡Cómo quisiera creer que El Salvador no es el país donde ha muerto más personal de salud en el mundo, cuando el país llora día a día a su gente! Vale la pena mencionar una frase de Aristóteles: “El ignorante afirma, el sabio duda, el prudente reflexiona” y, mientras tanto, los tomadores de decisiones degustarán un delicioso café ministerial…

 

Médico.