Caminando a la tiranía: la destrucción de la prensa libre

Mucha gente observa pasiva cómo el régimen destruye a los opositores y corrompe a los que puede. Muchos vieron cómo cerró fábricas y comercios simplemente porque los dueños no se plegaron a sus caprichos

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Por José Miguel Fortín Magaña

2020-08-31 8:32:43

Desde siempre la democracia ha requerido del equilibrio de los órganos esenciales del Estado, y éstos, del control externo ejercido por la prensa independiente, que informa a los ciudadanos y con ello evita los excesos del Poder; por eso la protección del periodismo investigativo y autónomo es totalmente necesaria; y por esto mismo, las dictaduras no lo toleran e intentan cualquier cosa para destruirlo. Eso es lo que está ocurriendo en El Salvador.

De acuerdo con varias noticias que se han filtrado recientemente, durante los meses anteriores y delante del desprestigio internacional que ha sufrido por sus acciones, el gobierno empezó a contratar personal técnico que trabajaba en los periódicos de oposición, para debilitar la posibilidad de que éstos difundan noticias que le son incómodas, y para conformar un nuevo diario impreso (y hay quien asegure que también un canal de televisión) para promocionar las “noticias” que le interesen al señor Bukele y a su “cluster” de esbirros.

El país podrá estar quebrado y no haber dinero para medicinas o salarios, pero en ningún momento el todopoderoso aprendiz de dictador ha dejado de alimentar el aparato de propaganda, con lo que se asegura desde encuestas amañadas hasta noticias prefabricadas, para destruir el honor de los enemigos del régimen y para ocultar los actos de corrupción de los funcionarios del gobierno.

Las noticias son claras; cantidades importantes de periodistas y fotógrafos de los medios catalogados como adversos por los censores del régimen han sido seducidos para abandonar sus ideales y para empezar a trabajar en el proyecto gubernamental; si esto es legal, está por verse; pero que es inmoral no hay duda. Hoy el lord oscuro quiere silenciar a la prensa y pretende que ya nadie diga nada que le importune; eso es lo que veíamos venir desde la ascensión al poder de este hombre, que como Hitler se siente llamado por el destino y por los dioses paganos; y que como él y los otros tiranos de la historia, simplemente no toleran el disenso y piensan que tienen el derecho de anular el pensamiento libre.

En chats y medios digitales hemos leído cómo poco a poco una cantidad de personas que laboraban para otros medios hoy han renunciado; y como más de alguno advirtió a sus antiguos empleadores que no podían con la presión por un lado y con el ofrecimiento de grandes sumas salariales por el otro. De ser esto cierto, pronto veremos un nuevo medio impreso que ha de servir a los intereses del todopoderoso führer guanaco; pero aun cuando su aparición sea disfrazada y el nombre no sea tan sugestivo como “el golondrino” o “the new ideas reporter” y, por el contrario, haga su debut como un periódico más, u otro canal televisivo,  sabremos que es otro intento en la agenda totalitaria del actual gobierno.

Mucha gente observa pasiva cómo el régimen destruye a los opositores y corrompe a los que puede. Muchos vieron cómo cerró fábricas y comercios simplemente porque los dueños no se plegaron a sus caprichos; y muchos han observado el descaro absolutista con la que algunos ministros abusan de sus cargos y transgreden la ley al vender y comprar insumos defectuosos o más caros, mientras el gran líder calla, para continuar atacando por Twitter a sus detractores, maldiciendo, vociferando y mandando a las turbas en su contra.

Pero, gracias a Dios, también cada vez más la gente buena despierta y muchos de los que apoyaron el nuevo proyecto por buena fe hoy entienden que estos son los peores de todos; y que como no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, la pesadilla del hombre que quiso ser rey, pronto llegará a su fin, porque para su pena, el Altísimo nunca acompaña la mentira, que es lo que Bukele gusta, y por esto mismo esperamos que el maléfico proyecto de la prensa colaboracionista no tenga éxito. Dios así lo conceda.

 

Médico siquiatra.