La dignidad, un valor en extinción

La conducta de Hugo Barrera, que es la de una persona de bien, contrasta con la de los diputados que fueron elegidos bajo la bandera de ARENA pero ahora boicotean a su partido, haciendo todo lo posible para ser expulsados y salir corriendo a inscribirse en Nuevas Ideas.

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Plaza San Marcos. Foto EDH / AFP

Por María Alicia de López Andreu

2019-11-15 7:06:11

Transcribo íntegro el escrito de José Ingenieros sobre la dignidad:
“Si eres artesano, evita enlodarte recibiendo otra cosa que no sea la compensación de tus méritos; si eres poeta, no manches la túnica de tu musa, cantando en la mesa donde se embriagan los cortesanos; si eres sabio, no mientas; si eres maestro, no engañes; si eres pensador o filósofo, no tuerzas tu doctrina ante los poderosos que la pagarían sobradamente. Sea cual fuere tu habitual menester, hormiga, ruiseñor o león, trabaja, canta o ruge con entereza y sin desvíos, pues en ti vive una partícula de tu raza.
No imites al siervo que se envilece para aumentar la ración de su escudilla.
Desprecia lo corrupto y compadece al corrompido; desafía, si es necesario, al encono y a la maledicencia de ambos, pues nunca podrán afectar lo más seguramente tuyo: tu personalidad. Ninguna turba de lacayos puede torcer a un hombre de carácter.
Es como si una piara diese en gruñir contra el chorro de una fuente dulce y fresca: el agua seguirá brotando sin oírlos y, al fin, los mismos gruñones acabarán por abrevarse en ella.
Algo necesitamos de los demás y no es poco: el respeto. Debemos conquistarlo con la inflexible virtud de nuestra conducta. No es respetable el que obra contra el sentir de la propia conciencia. Todos respetan al que sabe jugar su destino sobre la carta única de su dignidad”.
Recordé que, entre mi colección de pensamientos, tenía guardada esta prosa de José Ingenieros cuando leí la triste y grave noticia sobre la renuncia a su afiliación en el partido ARENA del empresario Hugo Barrera. Triste, porque eso, en mi opinión, priva al único partido de oposición de uno de sus mejores militantes; grave, porque precisamente la crisis actual de ese partido se debe a que muchos de sus dirigentes toman posiciones basándose en intereses, no en principios.
Hugo Barrera es un hombre patriota, de principios nacionalistas y republicanos sólidos, de una sola pieza; basándose en ellos, sus opiniones y sugerencias son siempre acertadas y prácticas. Además, es un hombre de acción, más que de palabras. Por todo eso, intuyo, habrá tomado una decisión que, estoy segura, le habrá costado muchísimo, porque dio lo mejor de sí al partido y a nuestro país. Se retira como el hombre de bien que es: sin aspavientos, prudentemente, sin deslealtad para el que fue su partido por infinidad de años, sin darle gusto a los caníbales que esperan, salivando con placer anticipado, que despotrique, ensucie y hunda a una ARENA tan gravemente herida en la actualidad.
La conducta de Hugo, que es la de una persona de bien, contrasta con la de los diputados que fueron elegidos bajo la bandera de ARENA pero ahora boicotean a su partido, haciendo todo lo posible para ser expulsados y salir corriendo a inscribirse en Nuevas Ideas. Esas personas no merecen ni siquiera una mirada de las autoridades del partido, mucho menos darles gusto acordando su ansiada expulsión: que sigan insultando, ensuciando y pisoteando la bandera que les sirvió solamente como seguro escalón. Si tuvieran principios, cada uno de ellos, cuyos nombres ni siquiera escribo, ya habrían renunciado, afrontado con gallardía las consecuencias.
¿Por qué no renuncian, pues?
Aparentemente, hay una explicación: ellos no tienen, desconocen absolutamente lo que es la dignidad.

Empresaria.