Incertidumbre entre jóvenes frente al presupuesto 2021

Los salvadoreños y salvadoreñas tenemos en nuestras manos el tener una actitud crítica y analizar cómo el Estado cumple su rol de proveedor y garante de bienestar social, a través de programas que beneficien de forma equitativa

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Tras lograr que desistiera de sus intensiones de lanzarse de la torre Trump, el joven quedó bajo custodio policial, según medios locales. Foto captura de video

Por Douglas Alexander Juárez

2020-10-19 6:12:27

No cabe duda de que la crisis sanitaria dejará un rezago que perdurará por mucho tiempo en lo que se refiere a bienestar social. Muchos de los avances en materia de pobreza, empleo e inclusión social sufrirán un retroceso patente. Por su parte, la recuperación económica no será tan rápida como se preveía en el primer semestre del año. La producción del país tardará algunos años en volver a los niveles del 2019. Por esta razón, resulta imperativo realizar una fuerte inversión social por parte del Estado para que el impacto socioeconómico resulte asimilable para la población salvadoreña. Más importante aún será el enfoque que se le dé a esta inversión y cómo los gastos estarán focalizados en áreas que requieran especial atención.
Una de esas áreas es la juventud. Muchos niños y adolescentes de todo el país se encuentran en vulnerabilidad, no solo en cuanto a la continuidad de sus estudios, sino también en cuanto al posible retroceso en los esfuerzos de prevención contra la violencia. El Salvador atraviesa por una coyuntura delicada en la cual intervienen dos factores: los rebrotes de casos de COVID-19 y la incertidumbre sobre el futuro. Esta semana, la Asamblea Legislativa comenzó el estudio del proyecto de Presupuesto General de la Nación para el año 2021 y resulta pertinente conocer a qué programas se les dará continuidad, cuáles son nuevos y a cuáles ya no se les dará seguimiento en las ramas de educación, cultura y previsión social.
La educación es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo. Para el 2021, algunas de las propuestas para la juventud son: un aumento presupuestario para la Universidad de El Salvador, la continuidad del programa de apoyo en la innovación de los métodos de aprendizaje y un nuevo programa para la reducción de la brecha digital en centros escolares. Este último representará el 16.26 % del total de recursos presupuestados y merece especial atención debido a que se requieren soluciones que posibiliten la continuidad de los estudios de los jóvenes que no cuentan con acceso a herramientas de conectividad.
En el ramo de la cultura se advierte la fuerte inversión en casas de cultura, la creación de cubos de aprendizaje y la promoción de la educación artística formal y no formal. En conjunto, estas iniciativas representarían el 9.68 % del total de presupuesto asignado para el rubro. Cabe recalcar que dichos programas no estaban presentes en el plan presupuestario para 2020. Por su parte, en la rama de Trabajo y Previsión social, no hay tantas buenas noticias, debido a que el programa para la empleabilidad juvenil ha disminuido su indicador respecto al total de 2020 (pasaría de 9.6 % a 5.5 %). Este dato sí es preocupante puesto que muchos de los jóvenes quienes decidan no continuar con sus estudios comenzarán a buscar su primer empleo. Esto se podría deber a diferentes causas como la necesidad de contribuir a los ingresos al hogar.
En la rama de gobernación se logra visualizar un único programa en beneficio de la población joven: el fomento a la participación social y prevención contra la violencia. Este programa ahora tiene una menor importancia dentro del total presupuestado para este ramo, puesto que ha sufrido un recorte presupuestario muy evidente. Y es importante destacar que dicha cartera de Estado posee uno de los mayores incrementos presupuestarios respecto al año 2020.
Hay otras instituciones descentralizadas que también destacan, aunque no de una forma positiva. Por ejemplo, se proyecta un recorte presupuestario para el Instituto Nacional de los Deportes (INDES) y para el Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (FISDL). Dichas instituciones tienen bajo su cargo programas como el desarrollo de actividades deportivas de los jóvenes y proyectos de prevención social contra la violencia. Cabe destacar que, a pesar de este recorte, el INDES tampoco plantea una inversión para la implementación de medidas sanitarias dentro de las actividades deportivas.
La sociedad es un organismo sinérgico entre diferentes aristas; el ramo de la educación no afecta de igual forma a un hombre joven para estudiar su carrera universitaria, como para una mujer joven que está embarazada. En el ramo de la seguridad, se sabe que, para las juventudes salvadoreñas, se tiene mayor riesgo por los grupos delincuenciales que para los adultos mayores. Y así se puede hablar de otros temas como migración, pueblos originarios, personas con discapacidad, entre otros. Los salvadoreños y salvadoreñas tenemos en nuestras manos el tener una actitud crítica y analizar cómo el Estado cumple su rol de proveedor y garante de bienestar social, a través de programas que beneficien de forma equitativa a todos los sectores representativos de nuestra sociedad.

Estudiante de Economía y Negocios, Club de Opinión Política Estudiantil (COPE), ESEN