Lo que veo en Internet

Veo también esperanza. Los problemas son muchos, pero algunas personas no se están quedando de brazos cruzados. Tenemos en nuestras manos la oportunidad de generar un cambio para el mundo entero

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El centro de videovigilancia fue inaugurado en enero de 2018, la actual administración solicita una auditoria del proyecto. FOTO EDH/ Iliana Ávila

Por Armando Ávila

2021-07-01 5:43:31

El internet es un invento que cambió al mundo, revolucionó la tecnología y, lo más importante, rompió las fronteras de la información. Hace 50 años habría parecido imposible saber lo que pasaba al otro lado del mundo en un instante; ahora, esto se logra en tan solo minutos, usando un “smartphone” o una computadora. Reflexionando sobre los increíbles usos del internet y la importancia de éste para la mayoría de las personas, decidí escribir en un papel lo que veía todos los días a través de la pantalla, y este artículo es su resultado.
Veo guerras en las que cientos de personas mueren cada mes por líderes que no saben reconocer que todos somos semejantes y reducen ciudades completas a ruinas por un capricho sobre las tierras. Conceptualmente, la solución es sencilla: unirnos como humanidad. Sin embargo, el problema es complejo; hemos convertido nuestras diferencias en el patrón que guía nuestras palabras y acciones. Tristemente, las guerras son un tema tan antiguo que se ha convertido en algo cotidiano, los medios se hacen eco de ellas para ganar rating, la situación se polariza, se priva a las masas de la esperanza de ser libres. Y sí, se observa una tendencia a protestar en contra de estos conflictos bélicos cada par de años, pero nunca un cambio de mentalidad para generar paz con quienes nos rodean.
Veo una pandemia que ha destruido familias, vidas y mentes; un virus que se robó las vidas de millones y que ha dejado una cantidad sin precedentes de personas hundidas en la depresión y la ansiedad, fruto de aprietos económicos y de la preocupación por el futuro de sus países. Millones de jóvenes sufren en el silencio, lloran tras puertas cerradas y no se atreven a hablar de lo que sienten por miedo a ser tachados de “dramáticos” o “débiles”, pues la sociedad no ha aprendido a reconocer los sentimientos ajenos ni a ser empática.
Veo un medio ambiente destruido del que dependen no solo especies animales o vegetales, sino también absolutamente todo lo que conocemos. Tras tantos años en los que la naturaleza nos ha demostrado las consecuencias de la negligencia y de la mala gestión de recursos, el problema sigue siendo ignorado. La participación en campañas para detener la contaminación es alarmantemente baja; además, algunos líderes mundiales siguen negando la existencia del cambio climático. De vez en cuando, las redes sociales se llenan de videos o frases de algún ambientalista reconocido; pero la basura en las calles, parques y playas no se reduce.
No obstante, veo también esperanza. Los problemas son muchos, pero algunas personas no se están quedando de brazos cruzados. Tenemos en nuestras manos la oportunidad de generar un cambio para el mundo entero, de informar sobre la realidad de los diferentes países, de protestar en contra de quien nos quiera silenciar, de aprender sobre temas nuevos cada día. El internet me ha mostrado los problemas del mundo, las lágrimas y las preocupaciones que enfrentan generaciones enteras, así como la gravedad del daño ocasionado por actitudes de odio que se consideran costumbres o parte de la cultura. Sin embargo, también me ha mostrado cómo el mundo se puede unir y tomar acción activa en el cambio de sus comunidades.
Navegando en internet he aprendido que, aunque la situación no parezca favorable, todos podemos ser agentes de cambio en nuestros hogares, trabajos, universidades, colegios, etc. Como ciudadanos responsables, no podemos desaprovechar la valiosa oportunidad de ser diferentes y de tomar las riendas del futuro de nuestras naciones para hacerlas mejores y superar los problemas como lo que somos: hermanos.

Estudiante de Ingeniería de Negocios

Club de Opinión Política Estudiantil (COPE)