Implicaciones de #QuienLePago ElViajeAOsiris

El daño causado por la foto publicada por Luna y la falta de transparencia alrededor de ella es demasiado grande. Las enredadas explicaciones y justificaciones ofrecidas por el funcionario en redes sociales están complicando todo aún más.

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Dustin Corea celebra un gol del Deportivo Mixco de Guatemala. Foto Tomada de @cmenendezgt

Por Carlos Ponce

2019-12-04 5:53:14

La victoria de Nayib Bukele tiene a su base el descontento ciudadano con los partidos tradicionales. Parte importante de este descontento lo forjaron funcionarios que decepcionaron a los salvadoreños y elevaron el nivel de desconfianza y escepticismo. Los que pusieron sus esperanzas en estos burócratas después se sintieron traicionados al darse cuenta de que no eran lo que aparentaban. Después de ser hipnotizados una y otra vez por discursos bonitos y darse cuenta de que fueron engañados, los votantes decidieron optar por una nueva opción, una alternativa que no los hubiese burlado en el pasado y que, además, que diera la impresión de que harían las cosas de forma distinta.
Ante este contexto era de esperarse que los salvadoreños viralizaran en redes sociales los reclamos a Osiris Luna, director general de Centros Penales, cuando circuló una fotografía en Internet en la que aparece el funcionario en un jet privado con su atractiva asistente administrativa. Luna, hasta el momento, no ha podido brindar una explicación inteligente y fundamentada que elimine cualquier sospecha de corrupción. Los que confiaron en él ahora se sienten engañados.
La situación tiene el potencial de hacer que las mismas características que, explotadas por Luna para crear una imagen distinta a la de sus antecesores y ganar simpatías, ahora tengan un efecto totalmente opuesto. Desde que era diputado, el populismo penal ha sido parte central del discurso político de Luna. Constantemente figuraba en programas televisivos apoyando propuestas radicales, pero con poco sustento técnico, que sonaban atractivas por su aparente contundencia. Esto lo diferenció de otros diputados y endulzó el oído de los ciudadanos cansados de estar bajo el yugo de las pandillas.
Es muy probable que la imagen cultivada por Luna mientras fue diputado haya servido para mermar las suspicacias asociadas con su peculiar nombramiento. Luna, siendo diputado, no podría haber sido nombrado director de Centros Penales, por lo que el presidente decidió “sortear” ese impasse legal nombrándolo viceministro de Seguridad Pública y, al mismo tiempo, director ad-honorem. La designación de cualquier otro diputado, muy posiblemente, hubiese generado más críticas. El discurso punitivo de Luna, sin embargo, pudo haber tenido un efecto deflector similar al observado cuando Funes nombró a Munguía Payés ministro de Justicia. Las propuestas de estados de sitio focalizados impulsada por Munguía también sirvió para que su paso de Defensa a Justicia no fuese criticado con mucha intensidad, pero después fue visto como un engaño que pretendía esconder la negociación entre el Gobierno y las pandillas.
Es evidente que los estrategas detrás de la comunicación gubernamental buscan purificar la imagen de Luna, haciendo todo lo posible por que la ciudadanía nuevamente lo asocie con un abordaje drástico, radical y genuino en contra de la delincuencia. El objetivo es revertir el daño. Todo indica, no obstante, que difícilmente tendrán el impacto deseado. El daño causado por la foto publicada por Luna y la falta de transparencia alrededor de ella es demasiado grande. Las enredadas explicaciones y justificaciones ofrecidas por el funcionario en redes sociales están complicando todo aún más. También la defensa montada por personajes que recientemente fueron vinculados por un reportaje periodístico a una red de columnistas y opinadores pre-pago.
El caso del director de Centros Penales da fuerza a la opinión expresada por muchos sobre los peligros de nombrar a políticos de carrera en puestos técnicos. También revitaliza la necesidad planteada por todos los candidatos en la última campaña presidencial de contar con profesionales de trayectoria intachable y con credenciales adecuadas en las principales carteras de Estado. Sin duda este tema debe de ser discutido ampliamente en los próximos meses y a la luz de la falta de transparencia e intolerancia a la crítica mostrada por funcionarios que provienen de las filas políticas.

Criminólogo.