Me alegró mucho leer en El Diario de Hoy sobre el equipo de estudiantes salvadoreños que con su proyecto de robótica participaron en Dubái, Emiratos Árabes, en la olimpiada mundial First Global Challenge y recibieron el premio Safety Award… Pero yo creo que, además del premio, fue muy importante visitar otros países, conocer otras personas con otras culturas, costumbres y religiones y que estén listos para trabajar en equipo y desarrollar desde aquí nuevos proyectos de robótica. También es fabuloso que han vuelto entusiasmados para continuar trabajando en proyectos en favor del medio ambiente.
Y eso está muy bien, pues además de que El Salvador reprobó por tercera vez consecutiva el control de la corrupción que forma parte de 20 indicadores que la Corporación del Reto del Milenio, en el ámbito de control y protección del medio ambiente, las cosas están en manos de nadie, y me imagino, que tampoco pasaríamos cualquier auditoría de respeto y aplicación de las leyes medioambientales que nos garanticen una calidad mediana del aire que se respira en San Salvador.
Por nuestra parte, iniciamos esta semana los programas y proyectos de concientización a nivel directivo y capacitación gerencial y operativa, sobre la determinación y reducción de la “huella del carbono y la huella hídrica” de las empresas y el eco-diseño de sus productos.
Es un nuevo movimiento que ya cobró fuerza en Europa y Estados Unidos, e incluso ya existe, el nicho de mercado para empresas y productos que demuestren y se han certificado en la identificación y reducción de su huella de carbono, su huella hídrica y el eco diseño de sus productos y servicios.
Algunos compradores mayoristas internacionales están comenzando a priorizar y preferir proveedores que han identificado y reducido el impacto de sus huellas de carbono e hídrica… Incluso, ya hay dietas recomendadas de productos alimenticios con una menor huella de carbono, huella hídrica y el eco diseño de sus empaques…
Pero también en el INTI, mi querido Instituto Técnico Industrial, están trabajando en proyectos de robótica, que presentaron recientemente en su feria anual de proyectos, y aquí el mayor mérito, es que por el abandono con que tiene el Ministerio de Educación al INTI, los alumnos tienen que comprar por su cuenta, los materiales y elementos que requieren para sus proyectos.
En el evento conocí al director del proyecto de USAID, Puentes para el Empleo, en el que está involucrado el INTI y el profesor responsable del área de mecánica general, me mostró muy entusiasmado los seis tornos de última generación y los nuevos aparatos de soldar, donados por USAID. Me satisface mucho, porque hace tres años iniciamos con algunos exalumnos de las primeras promociones, actividades de apoyo al INTI por la parte privada, como una forma de nuestro agradecimiento por lo que aprendimos.
La siguiente cosa buena fue que acompañando a un amigo y compañero del INTI que me visita de Los Ángeles y quería comprar zapatos “Made in El Salvador”, visitamos un centro comercial, entusiasmado los compró y lucirá orgulloso en su oficina. Mientras el compraba y examinando la oferta, descubrí otros zapatos muy elegantes cuya etiqueta decía: “Designed in El Salvador”, “Made in China”. Me alegré que haya aquí técnicos que diseñan para fábricas en China, pero quizás por falta de equipos eficientes y personal capacitado, la decisión industrial es fabricarlos en China, a pesar del gran desempleo que tenemos aquí.
En todo caso, es bueno que nuestro país se globalice y vaya concientizándose sobre la protección del medioambiente y las empresas aprendiendo y utilizando los nuevos sistemas de detección y reducción del impacto de su huella del carbono, su huella hídrica empresarial y el eco-diseño de sus productos.
pedroroque@metodopr.com.