Perdemos nuestra libertad

Posiblemente el Excelentísimo trata solamente con Bezos, Gates y otros megamillonarios, por lo que su gran pensada lo tiene fascinado. Si pensara en los salvadoreños, ni siquiera se le hubiera ocurrido.

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El delantero francés del Paris Saint-Germain, Kylian Mbappé, celebra tras marcar un gol durante los octavos de final de la Liga de Campeones de la UEFA del partido de vuelta entre el Paris Saint-Germain (PSG) y el FC Barcelona en el estadio Parc des Princes de París, el 10 de marzo de 2021. Foto / AFP

Por María Alicia de López Andreu

2021-06-11 7:06:52

Llegué hace una semana a Estados Unidos, para visitar a la familia y por asuntos de salud. Pero, a donde vamos nos convertimos en tema de interés, debido a la situación actual de nuestro país. De inmediato, preguntan en tono peyorativo: “¿Ustedes apoyan a ese presidente que ahora tienen? Porque está haciendo cada locura…”. Impresiona ver que analizan al Excelentísimo con base en su personalidad, a su soberbia infinita, a su megalomanía, a su capacidad sin límites de manipular, mentir y tergiversar. Así explican sus decisiones pasadas y, ¡oh, terror!, predicen las futuras. Y ese personaje, idolatrado por sus seguidores, es visto con gran temor y desprecio fuera de nuestras fronteras. Y nos comentan que comprenden la situación en la que cayeron Cuba o Venezuela. Pero ¿cómo es posible que, conociendo esos ejemplos, los salvadoreños estemos apoyando a un individuo que haga de nuestro país una nueva dictadura? Que la población se haya desencantado de los políticos anteriores no convierte a los actuales en mesías, por lo que esa misma población, lejos de darles un apoyo ciego, debe tener con ellos un nivel de exigencia y control muchísimo mayor del que nunca se tuvo.
De manera especial ahora, cuando se ha aprobado una peligrosísima ley que convierte el bitcoin en moneda de curso legal. “Aceptar bitcoin será un mandato. No es como que si tú vas a Mc Donalds… ellos no te pueden decir: no aceptamos bitcoin. Ellos tienen que aceptarlo por ley porque es una moneda de curso legal como cualquier otra”. Esas fueron las explicaciones que el Excelentísimo dio a expertos en bitcoin durante una reunión virtual a través de Twitter, el martes por la noche. Y los salvadoreños debemos oponernos con toda nuestra energía.
Porque en el mundo entero, el uso de cualquier moneda virtual es optativo, no obligatorio, como esta ley lo impone. Por eso, cada usuario tiene su propio “monedero”, sus bitcoins permanecen suyos hasta que decide usarlos como quiera. No es un “monedero” de país, para que el Excelentísimo y sus amigotes jueguen al azar los bienes nacionales (pareciera que no habrá bienes privados, todos los bitcoins serán nacionales, al menos en la práctica).
Usuarios de bitcoin con quienes he hablado, lo son porque especulan con una pequeña porción de sus capitales. Generalmente son jóvenes, con larga expectativa de vida. Pero las personas mayores prefieren colocar sus ahorros a buen resguardo, en inversiones poco rentables pero seguras, que les permitan afrontar sus gastos de vida sin depender de otros. Y en ningún caso, ni jóvenes ni viejos, están arriesgando sus capitales en un área tan volátil, tan intangible, tan insegura como el bitcoin. Y creen que es una broma, cuando se les pregunta qué piensan sobre el uso del bitcoin como moneda de curso legal en un país, enjaranado hasta la coronilla. ¿Ir allí como turistas para tener problemas con la forma de pago hasta en las pupuserías? No, gracias.
Posiblemente el Excelentísimo trata solamente con Bezos, Gates y otros megamillonarios, por lo que su gran pensada lo tiene fascinado. Si pensara en los salvadoreños, ni siquiera se le hubiera ocurrido. Ya hay muchos que están habituados a manejar bitcoins, pero lo hacen por voluntad propia. Muy diferente es verse obligados a ello. Por favor, veamos la realidad: esta ley significa perder la libertad.

Empresaria.