¿Cuál es la ruta?

No podemos ignorar la zozobra en la que el oficialismo quiere sumergirnos y tampoco las luchas mediáticas y sociales que están por venir, y digo mediáticas y sociales, porque la política desde los espacios de decisión ya está plenamente concentrada en una sola persona, definitivamente serán otras las trincheras de lucha ante la reforma de pensiones, la reelección presidencial, las reformas constitucionales, la Ley de Agua, aún la Ley Bitcoin y otras más que están por surgir en este camino empedrado

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El delantero francés del Real Madrid Karim Benzema celebra su segundo gol, y segundo del equipo ante el Borussia Mönchengladbach, durante el partido de Liga de Campeones entre Real Madrid y Borussia Mönchengladbach en el estadio Alfredo Di Stefano, en Valdebebas, Madrid. Foto EFE/JuanJo Martín

Por Andy Failer

2021-09-24 10:32:10

Desde que el 15-S una marea de personas salvadoreñas indignadas inundaron las calles y gritaban a todo pulmón la consigna que he dejado como título de esta columna, muchos nos hemos hecho esa pregunta una y otra vez, en búsqueda de saber qué es lo que hoy viene, lo que sigue, el siguiente paso. Sabemos que quien ostenta el poder desde una faceta de tirano no debe permanecer tanto tiempo en el cargo y menos darle la oportunidad de reelegirse ilegalmente. Pero es indiscutible que la acumulación del poder total es una realidad y nos enfrentamos a una maquinaria que no escatima en ser represiva y manipuladora. La ruta es cuesta arriba y hay varias paradas estratégicas en el camino.

Creo que lo más valioso que nos dejó el 15-S fue la articulación social y orgánica de la que fuimos testigos. Ese día, moverse entre esas olas de gente nos permitió respirar un poco de esperanza y exhalar un poco de resistencia. Y justo esa es la primera parada estratégica en esta ruta que debemos tomar: la resistencia. La resistencia debe ser de naturaleza diversa y también multidisciplinaria, encabezada principalmente por líderes sociales y por ciudadanos que estén dispuestos a pararse al frente en estos tiempos tan adversos. Pero lo más importante para que esta resistencia nazca con fuerza es dejar afuera los protagonismos. Realmente se ha vuelto fundamental pensar en colectivo. Y el reto más importante para esta resistencia es encontrar un punto de encuentro para tantas posturas ideológicas dispersas. Pero si eso se logra, la resistencia estará articulada.

La segunda para estratégica –sin mencionar varias tácticas que deberán coexistir entre la primera y segunda parada– es el 2024. Ese año se disputan elecciones a la Asamblea Legislativa, Concejos y las Presidenciales. En ese momento debemos apostar por un arrebato democrático del poder, ese hito será trascendental para los próximos 10 años de este país. Y todo lo que se está articulando y cimentando sobre los pilares del 15-S debe ir encaminado hacia esa ruta. Poco a poco iremos viendo más horizonte hacia esa ruta de resistencia política y social. De cada ciudadano y ciudadana valiente dependerá la conquista de ese horizonte.

El camino de esta ruta de la que tanto se empieza discutir ya estará lleno de muchos baches. No podemos ignorar la zozobra en la que el oficialismo quiere sumergirnos y tampoco las luchas mediáticas y sociales que están por venir, y digo mediáticas y sociales, porque la política desde los espacios de decisión ya está plenamente concentrada en una sola persona, definitivamente serán otras las trincheras de lucha ante la reforma de pensiones, la reelección presidencial, las reformas constitucionales, la Ley de Agua, aún la Ley Bitcoin y otras más que están por surgir en este camino empedrado. Deberán nacer muchas más marchas orgánicas, deberán nacer muchas más vocerías desde la sociedad y, lo más importante: deberán nacer más círculos de concientización ciudadana que generen mayor educación al interior de nuestras colonias y comunidades para entender e interpretar con sensatez lo que está pasando en El Salvador.

Entonces, ¿cuál es la ruta? Será una lucha social y política dura para este pequeño país; no logro visualizar cuánto durará esta batalla, pero sin duda el mundo volteará a vernos de nuevo. De lo que tengo certeza en este momento es que ya empieza a nacer una resistencia diversa que buscará liderar la ruta. Y yo estoy con esa resistencia. Este es el camino y ya no hay vuelta atrás.

Comunicólogo y político