Explicación al maltrato en los hospitales

Muchos adultos han sido capaces de romper con el ciclo del abuso a través del conocimiento de su pasado y que muchos maltratadores no lo saben porque sus sentimientos están reprimidos; sin embargo, al conocer más de sí mismos son menos peligrosos para la sociedad

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Por Mirella Schoenenberg de Wollants

2019-06-28 5:34:06

Desde hace años me he preguntado por qué hay personal de las instituciones de salud pública que parecieran sentir placer al humillar y maltratar a sus subalternos y a sus pacientes. Son tan frecuentes las actitudes y conductas despreciativas hacia los enfermos que acuden a la red de salud pública, y el acoso laboral, sexual y los famosos castigos a los estudiantes de medicina externos e internos, a los de odontología y enfermería, a los profesionales residentes de medicina y odontología; y a su vez son frecuentes, creando más impacto, los argumentos que defienden estas prácticas.

La observación y el análisis nos hace ver que estas conductas humanas forman parte del concepto violencia y no son exclusivas del mundo sanitario, sino que son usuales en todos los ámbitos de la sociedad salvadoreña y que pueden evolucionar a conductas de mayor crueldad como el homicidio, razón por la cual El Salvador está considerado uno de los países más violentos.

La psicóloga, filósofa y socióloga polaca Alice Miller, conocida por su trabajo en maltrato infantil y sus efectos en la sociedad así como en la vida de los individuos, cuya tesis ha sido aplicada en diversos estudios terapéuticos con criminales, expuso que la explicación se encuentra en los primeros días de la vida del individuo y no en sus genes, como muchos quieren pensar para evadir responsabilidades: si a un niño se le golpea y humilla a menudo, rápidamente aprende el lenguaje de la violencia y este lenguaje se convierte en el único medio efectivo de comunicación disponible.

Miller escarbó las infancias de asesinos como Hitler y Stalin, que después se convirtieron en dictadores, encontrando un horror de pesadilla, un historial de humillación y mentiras continuas, que al llegar a adultos les hicieron cometer actos de venganza sin merced para sus congéneres, basados en que los golpes físicos y psicológicos que les habían dado “por su propio bien”.

“Por su propio bien y para que aprendan”, es una frase muy común que se escucha entre los salvadoreños maltratadores y maltratados, tanto padres y madres como profesores, jefes, cónyuges, tutores y directivos; incluso el video de la “teoría de la chancleta” es viral en Facebook y Whatsapp haciéndonos reír a carcajadas. Es decir, estas conductas, a pesar del sufrimiento que provocan, se aceptan, se imitan, se generalizan y se convierten en una cultura.

Gracias a Miller y a otros científicos hoy se sabe que los maltratadores a menudo no son conscientes que ellos mismos sufrieron el maltrato. Solo durante la terapia es que ellos descubren, admirados, su propia historia y esto les ayuda a superarla.

Y esta es la explicación del maltrato en los hospitales de parte del que tiene algún grado de autoridad o cree tenerla, hacia sus subalternos y pacientes; la explicación de por qué se ve normal imponer trabajo esclavizante con condiciones infrahumanas, castigar con privación de libertad, abusos e insultos a los estudiantes externos, internos, de año social y a los residentes de medicina: las experiencias previas y la cultura de violencia dominante en la sociedad en que se vive.

Miller se quejaba que le habían atribuido la tesis de que inevitablemente cada víctima se convierte en maltratador, lo cual es falso y absurdo. Ella exponía que es al contrario: cada maltratador ha sido víctima, pero no toda víctima se convierte en maltratador.

La buena noticia, como ella explicaba, es que muchos adultos han sido capaces de romper con el ciclo del abuso a través del conocimiento de su pasado y que muchos maltratadores no lo saben porque sus sentimientos están reprimidos; sin embargo, al conocer más de sí mismos son menos peligrosos para la sociedad. Hay mucho que hacer en El Salvador.

Médica, Nutrióloga y Abogada