El 28F a la vista

Nuestro voto tendría que buscar el balance de fuerzas políticas. No podemos darnos el lujo de ignorar que solamente el equilibrio democrático permite la mejor toma de decisiones con justicia para todos. De lo contrario, impulsaríamos más errores, el nepotismo, el autoritarismo y también podríamos retroceder en todo lo que se ha ganado desde que terminó la guerra

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Foto Cruz Roja Salvadoreña

Por Eleonora Escalante

2021-02-20 6:29:14

Nuestro voto es nuestro derecho a elegir con libertad: cada uno de nosotros tiene el derecho de escoger quién o quiénes serán los diputados y los líderes municipales que quiere. Las elecciones del 28F son elecciones para seleccionar a nuestra Asamblea Legislativa y concejos. Ninguno de nosotros está obligado a escoger por una bandera, sino por un o una candidato (a) que nos guste, ya sea porque lo conocemos, o porque apostamos a que ese personaje está comprometido para hacer su trabajo como corresponde, con equidad y justicia, y más que nada porque sabemos que cumplirá sus promesas.
Nuestro voto es personal y secreto: cada salvadoreño no tiene por qué sentirse coaccionado para revelar por quién va a votar . Nadie debe sentirse culpable de la decisión tomada cuando marque por el candidato que más le parezca, ni tenemos que dar explicaciones por ello.
Nuestro voto debe ser bien estudiado y con la conciencia de que se ha analizado bien a los candidatos. Antes de ir a votar, cada uno de nosotros, desde el más humilde cortador de café hasta el director ejecutivo más elevado, tiene que preguntarse si de verdad cree en las fortalezas y capacidades de su candidato. Si ni siquiera conocemos a la persona por la cual vamos a votar, ¿por qué vamos a escogerlo? Primero que nada, es importante olvidarnos de la bandera y preguntarnos cuáles son los candidatos a diputados y alcaldes de nuestro municipio y departamento. Luego una vez que ya sabemos quiénes son (con nombre y apellido); el segundo paso es informarse. Antes de ir a votar, nos urge que dediquemos algún tiempo a observar o a escuchar o leer sobre las entrevistas, la experiencia y las propuestas de los candidatos vía radial o escrita o televisiva o por redes sociales. Una vez que ya sabemos lo que ofrecen, solo entonces, es que podemos decidir quien de todos es el que más nos parece.
Nuestro voto por los diputados y alcaldes tendría que ser por rostro, no por bandera. El Tribunal Supremo Electoral ofrece una sábana de papel impresa con las fotos de las caras de todos los candidatos. Esto se hace por una razón: se nos otorga la oportunidad de escoger por rostro. Se nos da la posibilidad de discernir por el perfil del candidato y no por la presión de una bandera. Si somos un pueblo educado, nadie puede engañarnos con politiquería. Por lo tanto, votar por rostro demuestra que hemos madurado políticamente y que estamos encaminados a ser un pueblo cada día más letrado en nuestras decisiones.
Nuestro voto tendría que buscar el balance de fuerzas políticas. No podemos darnos el lujo de ignorar que solamente el equilibrio democrático permite la mejor toma de decisiones con justicia para todos. De lo contrario, impulsaríamos más errores, el nepotismo, el autoritarismo y también podríamos retroceder en todo lo que se ha ganado desde que terminó la guerra. La paz es nuestro más valioso tesoro. Cuidarla es nuestro deber más importante.

MBA-MEng CEO-Fundadora de Eleonora Escalante Strategy.

www.eleonoraescalantestrategy.wordpress.com