Tensiones nucleares con Irán: el pretexto Trump

Amenazando a ejecutivos civiles y militares de la administración Trump, incluyendo al ex-presidente, el régimen iraní intenta crear una cortina de humo para ocultar su voluntad de dotarse de un potencial nuclear.

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James Alan Neal tenía 27 años cuando estranguló a Linda. Foto Newport Beach Police Department

Por Pascal Drouhaud

2022-01-08 6:03:19

Las últimas declaraciones del presidente iraní, Ebrahim Raissi, en el segundo aniversario de la muerte del general Qassem Soleimani, el jefe de los “guardianes de la Revolución”, las fuerzas especiales del régimen teocrático, volvieron a poner bajo la perspectiva de la actualidad las tensiones entre Irán y los países occidentales. ¿Qué será el centro de los debates? Las dudas sobre la voluntad de Teherán en adquirir un potencial militar ofensivo nuclear.

Mientras discusiones internacionales intentan reactivar el acuerdo de Viena, firmado en 2015 entre los países nucleares e Irán, los dirigentes iraníes parecen presionar a la comunidad internacional. ¿Serán parte de una forma de “ofensiva diplomática” internacional las últimas advertencias agresivas del presidente iraní? Amenazando de “venganza” a varios ex-dirigentes estadounidense y al ex-presidente Donald Trump, el dirigente iraní intenta a la vez captar el nacionalismo nacional y mandar un mensaje a la comunidad internacional en un momento estratégico para Teherán.

El 3 de enero de 2020, el presidente estadounidense dio luz verde a un operativo ultrasecreto, realizado vía drones y misiles, contra el potente general iraní, jefe de las fuerzas especiales del régimen, entonces involucrado por los servicios de inteligencia estadounidense la preparación de “un ataque inminente” contra los intereses norte americanos en Irak. Irán lanzó, unos días después de la muerte del jefe de los guardianes de la Revolución, misiles contra varias bases militares en Irak.

Desde 1979 y la caída del Shah Mohamad Reza Pahlevi, las relaciones entre Washington y Teherán están caracterizadas por una complejidad particular, entre tensiones fuertes y momentos de calma relativa. Desde entonces, Irán está bajo sanciones económicas y financieras de los Estados Unidos y más puntualmente de la Unión Europea. Washington salió del “plan de acción global común” (Joint comprehensive Plan of Action/ JPCoA) que había sido firmado en 2015 con Irán y el poyo de Francia, China, Alemania, Rusia y el Reino Unido. Establecía un marco sobre un control del programa nuclear iraní en correlación con el fin progresivo de las sanciones adoptadas desde los anos 2000 y reforzadas en 2013. En 2018, Donald Trump salió unilateralmente del acuerdo y restableció las restricciones económicas convocadas contra Irán.
Considerando la actual administración estadounidense “responsable” de la decisión tomada por Donald Trump contra el general Soleimani, el poder iraní intenta movilizar su país mientras las discusiones sobre el acuerdo con Irán están atravesando un periodo de tensiones.

Irán lanzó el 30 de diciembre pasado un cohete con 3 satélites de tipo “Simorgh”, desde en centro espacial en el este de Teherán, la capital iraní. Los países occidentales sospechan que Irán intenta adquirir lanzadores balísticos capaces de llevar cargas de armamentos convencionales o nucleares. Para lograrlo se cree que está realizando pruebas a base de la tecnología de propulsión de satélites.

Estas dudas poner en tela de juicio las discusiones actuales sobre la vigencia del acuerdo de Viena firmado en 2015 y operacionalmente caduco desde la salida unilateral de los Estados Unidos en 2018. La confianza, que no existe hoy en día, es la base de dicho convenio. Por cierto, las discusiones habían sido relanzadas desde noviembre pasado después de cinco meses de interrupciones entre Irán y las demás partes (Francia/ Reino Unido/Alemania/ Rusia y China). El objetivo está bien definido: favorecer el regreso de los Estados Unidos, mientras las tensiones actuales llevaron hasta amenazas contra altos responsables de la ex-administración Trump y ponen en tela de juicio la posibilidad de un arreglo político.

Estas tensiones existen desde hace varios años: en febrero de 2020, Irán había intentado poner en órbita un satélite “de observación científica” llamado “Zafar” (Victoria en el idioma persa). No lo había logrado mientras en abril del mismo año, los guardianes de la revolución lanzaron su primer satélite militar bajo las protestaciones de Washington. Esta situación se inscribe en un calendario internacional específico, marcado por la celebración del décimo aniversario de la conferencia de examen de la firma del Tratado de no proliferación nuclear (TNP) firmado desde 1968 por 191 países (salvo India, Pakistán e Israel) y denunciado por Corea del Norte. Hoy en día, cinco países están “jurídicamente” dotados del arma nuclear (Francia/ Rusia/ China/ Estados Unidos/ Gran Bretaña).

Amenazando a ejecutivos civiles y militares de la administración Trump, incluyendo al ex-presidente, el régimen iraní intenta crear una cortina de humo para ocultar su voluntad de dotarse de un potencial nuclear.

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN). www.latfran.fr