Despertar a la realidad

Recuerden, compatriotas, que NADA de lo que el Excelentísimo “regala” es gratis. Lo estamos pagando con nuestros impuestos actuales y futuros; este gobierno ha hipotecado el producto del trabajo de todos nosotros, de nuestros hijos, nietos y tataranietos.

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Foto EDH/ Archivo

Por María Alicia de López Andreu

2020-11-27 5:57:23

Mañana, primer domingo de Adviento, inicia el Año Litúrgico católico, en preparación al nacimiento de nuestro Divino Redentor. Esta semana, intermedia entre ese inicio y la fiesta de Cristo Rey, con la que finalizó el año litúrgico anterior, las lecturas del Apocalipsis en la Misa diaria nos recuerdan otro final, el nuestro, el de cada uno. Muy apropiado, porque parece que ya hemos olvidado que tenemos una improrrogable fecha de caducidad y que entonces deberemos rendir cuentas de nuestros actos y omisiones a un Juez infinitamente misericordioso, pero también infinitamente justo.
De ninguna manera quiero mezclar la religión con la política, pero no puedo dejar de preguntarme si quienes actualmente tienen la dirección de nuestro país (el Excelentísimo, hermanos y compañía), habrán meditado sobre ese juicio que afrontarán ineludiblemente. Porque pareciera que la proximidad de las elecciones les ha exacerbado la carencia de honestidad, de veracidad e, incluso, de humanidad.
Porque han hecho uso de las penas y desgracias de los más humildes, para lucirse propagandísticamente. Ahora, cuando a Dios gracias las consecuencias de los recientes huracanes fueron menores a lo esperado y no hay escenario lodoso en el cual lucirse, recurren a una insultante propaganda gubernamental, anuncios que por largos parecen documentales, sobre “grandes avances” en todas las áreas, destacando la maravilla mundial que es el Hospital El Salvador.
Están reviviendo la publicidad sobre proyectos como el modernísimo ferrocarril, el aeropuerto en la zona oriental, la modernización de Acajutla y otros. (¿Qué del Puerto de La Unión?). Y, como la cereza del pastel, el Excelentísimo anuncia que él, que a sus dotes de presidente más guapo y cool del mundo mundial une el de adivinador, sabía que la Universidad de Oxford lograría producir exitosamente una vacuna contra el coronavirus, por lo que desde el inicio de la pandemia comenzó a negociar la compra de vacunas a precio de un quinto de lo que costará a otros países, cuyos dirigentes no tienen sus dotes. Pudo revelar esto porque la Universidad ya lo ha confirmado. Aquí dispondremos de AstraZeneca y de tres vacunas más, que no importa lo que cuesten porque para el 100% de la población será gratuita y voluntaria.
Todo lo mencionado sucederá, por supuesto, después de las elecciones.
Recuerden, compatriotas, que NADA de lo que el Excelentísimo “regala” es gratis. Lo estamos pagando con nuestros impuestos actuales y futuros; este gobierno ha hipotecado el producto del trabajo de todos nosotros, de nuestros hijos, nietos y tataranietos. Y, si se le siguen aprobando préstamos, los seguiremos pagando hasta la séptima generación.
A menos que el Excelentísimo, hermanos y compañía, hayan decidido que no pagarán esos préstamos, así como deciden no jurar la veracidad del Presupuesto Nacional, negarse a los requerimientos de información de gastos, desechar los llamamientos a las comisiones de la Asamblea Legislativa, desobedecer a la Corte Suprema de Justicia, etc. Sólo que el incumplir con los pagos debidos a los préstamos nacionales e internacionales recibidos, tienen consecuencias funestas para nuestro país, es decir, para nosotros, los salvadoreños que aquí vivimos y nos esforzamos, día a día, por trabajar y cumplir nuestras obligaciones. Entonces, ¿qué está pensando este desgobierno? ¿largarse olímpicamente? O, por el contrario, ¿quedarse per sécula, esclavizándonos a todos?
Compatriotas, despertemos ya, antes de las elecciones. Si no, el 01/03/2021, parafraseando el Apocalipsis, viviremos “el llanto y crujir de dientes”.

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