Héroes comprometidos con el aprendizaje

“La enseñanza es más que impartir conocimiento, es inspirar el cambio. El aprendizaje es más que absorber hechos, es adquirir entendimiento” (William Arthur Ward).

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El ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, ha arremetido contra el trabajo de los medios de comunicación. Foto EDH / Archivo

Por Luis José Samayoa Rodríguez

2021-06-21 5:44:18

A comienzos del siglo XX se comenzaron a crear políticas educativas universales y con ellas surgió la idea de reconocer la labor docente. Dentro de los primeros festejos, este data del 15 de mayo de 1918, fecha que coincidía con la fiesta católica de San Juan Bautista de la Salle, un sacerdote francés que se dedicaba a formar maestros que enseñaban a los hijos de los artesanos y a los niños pobres. En El Salvador, la fecha se celebra en junio y no deja de ser relevante.
Sin embargo, y a efectos de trasladarnos a nuestra realidad social, se vuelve menester preguntarnos: ¿Por qué es importante el rol que debe llevar a cabo el maestro en la sociedad? Quien se dedica a esta labor social, debe estar consciente de que actualmente se nos presenta un escenario en donde el conocimiento y desarrollo de competencias que deben tener los estudiantes es mucho mayor. Desde la atención a las clases y atención de actividades académicas, hasta la integración y el ambiente de aprendizaje que debe crearse, donde se refleje una formación continua tanto dentro como fuera del entorno educativo, es decir, como un ser social.
Por otra parte, la calidad humana de los académicos que desempeñan esta tarea es de suma trascendencia en el desarrollo de la persona. Todos recordamos para bien o para mal los maestros que tuvimos durante la infancia y a posteriori, porque la labor de un educador es fundamental a la hora de motivarnos en nuestro proceso de descubrir el mundo que nos rodea. Cada educador tiene sus métodos y sus motivos para realizarlos de una manera o de otra. Sin embargo, es fundamental que el profesional le guste lo que realiza y ponga todo su empeño en llevar a cabo su labor educativa, es decir, que tenga vocación. Lo anterior, reflejado en el carisma y el deseo de servir y compartir conocimientos que este haya obtenido en lo largo de su vida profesional y humana.
El tomarse ese desempeño de facilitador educativo como un compromiso personal, despertando el interés y motivación de sus receptores, es sin duda importante. Ser docente es trascender en esta nueva sociedad del conocimiento con el compromiso definido que la vocación no es sólo trabajar en el aula, sino, en la búsqueda constante de ser un guía y facilitador que deje en los alumnos la huella para enfrentar los retos que se les presenten, haciendo uso de lo que sus maestros le enseñaron en el aula y fuera de ella. Lo reflejado en líneas previas, refleja la importancia de los docentes en la implementación de la educación de calidad y la mejora continua.
Los padres están para educar y los profesores tienen el papel de formar y motivar. Es fundamental prestar atención a los posibles errores educativos y respetar siempre la figura del profesor, de tal forma que exista un trabajo articulado de todos los que intervienen en esta fase de la vida de una persona. Debemos ser agradecidos con quienes brindan servicios de formación educativa a la sociedad, de manera consciente y comprometida. “La enseñanza es más que impartir conocimiento, es inspirar el cambio. El aprendizaje es más que absorber hechos, es adquirir entendimiento” (William Arthur Ward).

Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas, Decano de la Universidad Nueva San Salvador