En el Mes de la Madre

Todo hijo debe reconocer el valor que significa para él, la madre; debe agradecerle toda la vida la educación y los cuidados que ella le ha dado; debe comportarse como un hijo modelo; debe cuidarla y estimarla cuando ella envejece; todo hijo habrá de ser un hijo bondadoso y comprensivo para con ella.

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FOTO EDH/archivo

Por Carlos Alberto Saz

2021-05-14 5:30:56

El lunes 10 de mayo, en el país celebramos el Día de la Madre, dedicado a esa noble mujer que realmente es símbolo de amor (ama a sus hijos entrañablemente, de entrega (se entrega en alma y corazón por los hijos) y de sacrificio (ella se sacrifica verdaderamente por los cuidados de sus hijos).
Los hijos, generalmente, le hacen regalos a sus madrecitas: un bello ramo de rosas perfumadas, la llevan a un restaurante a almorzar o a cenar, le llevan serenata, la colman de besos y abrazos; en fin, le reconocen así, la dedicación y el esmero de ella por sus amados hijos, y la llaman con justicia La reina del hogar.
El Diccionario de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua dice que ‘madre’ (del latín ‘mater’, ‘-tris) es 1. Mujer o animal hembra que ha parido a otro ser de la misma especie). 2. Mujer o animal hembra que ha concebido: Cuidan la salud del feto y de la madre. 3. Mujer que ejerce las funciones de madre. 4. Título que se da aciertas religiosas: Madre Teresa de Calcuta (El diccionario trae muchísimas definiciones más referentes a la madre).
De acuerdo al “Gran Diccionario de sinónimos, antónimos e ideas afines”, del gramático Miguel Subercaceaux, Edición 1995, Bogotá, Colombia, sinónimos de ‘madre’ serían estos: mamá, mama, mamaíta, ama, señora, madraza.
Los poetas generalmente le han dedicado bellos poemas a la madre, destacando las cualidades maternales de esta abnegada mujer. También se han escrito sentidas canciones para ella.
Todo hijo debe reconocer el valor que significa para él, la madre; debe agradecerle toda la vida la educación y los cuidados que ella le ha dado; debe comportarse como un hijo modelo; debe cuidarla y estimarla cuando ella envejece; todo hijo habrá de ser un hijo bondadoso y comprensivo para con ella.
Reconozcamos que las abuelas también son madres, y que merecen todo tipo de atenciones para ellas, principalmente cuando se enferman o ya no pueden realizar las actividades hogareñas como antes lo hacían.
“Madre sólo hay una, padres a montón”, dice este juicioso dicho popular, dando a entender que la madre es única, y que los papás son irresponsables, principalmente cuando procrean hijos con diferentes mujeres, dejándolas abandonadas, a la suerte de un destino incierto.
Y el poeta mexicano José Martínez Sierra dijo: “Ya que toda mujer, porque Dios lo ha querido, en su corazón lleva un hijo dormido”.
Y nuestro joven bardo ahuachapaneco, Alfredo Espino, en su libro “Jícaras tristes”, en su bello poema “Las manos de mi madre” escribió así: “Manos las de mi madre, tan acariciadoras,/tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras…/¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman,/ las que todos prodigan y nada me reclaman!/Las que por aliviarse de dudas y querellas,/me sacan las espinas y se las clavan ellas”.
Y cuando su nívea cabellera indica ya una respetable senectud, entonces honrémosla con solícitos cuidados, con atenciones oportunas, con caricias y besos, de tal manera que ella se sienta contenta y agradecida de tener unos hijos bondadosos, cariñosos y amables.
Cantémosle cancioncillas infantiles, como esta que dice: “... Madrecita querida,/ eres todo consuelo/ … Eres toda mi vida/, eres todo mi anhelo…”.
Honremos, pues, siempre a la madre, esa noble mujer que nos dio la vida; esa mujer digna de respeto, de cariño y de admiración. ¡Que así sea!

Maestro, psicólogo, gramático.