Prospectiva… (división y protestas)

La mayor expresión de incertidumbre e intolerancia fueron las consecuencias de la salida de los miembros de la sociedad civil –UCA, ESEN, FUSADES y ANEP- del Comité de Fondo de Emergencia, Recuperación y Reconstrucción Económica

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Foto EDH Archivo

Por Óscar Picardo Joao

2020-05-16 8:43:42

La pregunta fundamental a 60 días de confinamiento es sobre el futuro… Más allá de lo epidemiológico, de los niveles de contagio y de la tasa de letalidad, los que estamos vivos y en un escenario complicado nos preguntamos: ¿qué sigue…?
En este contexto, ante el confinamiento surgen protestas de bocinas a las 8:00 p.m. y también banderas blancas señalando la falta de alimentos, algunos dicen que los escandalosos son gente acomodada de San Elena, San Benito, Las Piletas y Los Sueños, y quizás así sea, pero estos mismos, es posible que sean empresarios y generadores de empleo… En un país la riqueza y el crecimiento económico lo generan los empresarios; el gobierno cobra impuestos y gasta.
Obviamente en el mundo empresarial hay de todo; hemos sabido que algunos malos empresarios que, a mediados de marzo, de forma pragmática y poco solidaria cerraron sus empresas y dejaron cesantes a sus empleados, privilegiando las utilidades y valorando las pérdidas con frialdad (por eso tienen mucho dinero); pero también hay excepciones…
Las micro, pequeñas y medianas empresas de diversos sectores están evaluando si logran sobrevivir o no, pagando proveedores, planillas de salario y compromisos financieros, sin ingresos o ventas, y si la posibilidad de mantener la operación valdrá la pena u ocasionará un daño mayor. ¿Qué tal si hay un rebrote y se debe volver a cerrar la economía?
A nivel de trabajadores, comienzan a circular la realidad y los fantasmas de suspensión, cierre de empresas, disminución de salarios, bonos simbólicos y otras posibilidades desesperanzadoras.
Las promesas de ayudas con la “decretitis” perversa que vivimos son inciertas; los políticos un día dicen una cosa, y otro día, otra. Estamos perdiendo de forma veloz la certeza, la institucionalidad y la confianza. ¿A quién le cree usted?
Otra mala noticia es la estrepitosa baja de remesas por el desempleo en Estados Unidos, fondos sustanciales en el dinamismo económico nacional; y así se encadenará una sucesión de hechos en nuestra balanza comercial: menos pago a cuenta e IVA, menos pago de renta, cierre de empresas, desempleo local, más préstamos, menos exportaciones, falta de liquidez. Es un cocktail peligroso o una bomba de tiempo; sólo restaría: mayores intereses bancarios o subir impuestos.
Pero lo peor no es el escenario económico, sino el contexto social; en efecto, se está generando un deterioro acelerado del “tejido social”: antagonismo, división, insultos, desconocimiento, desconfianza, represión. Todos contra todos, divididos: el 97% contra el 3% (del 27% que fueron a votar), el Ejecutivo contra el Legislativo, el Presidente contra la empresa privada, Policía y Fuerza Armada en contra de la ciudadanía, los “mismos de siempre” versus los de “nuevas ideas” y hasta regresa un neoclasismo entre ricos y pobres. Todo esto en un contexto de crisis epidemiológica, ¿qué diablos nos pasa?
En las redes sociales es insoportable el nivel de fanatismo, intolerancia, insultos y troles; todos contra todos, creando carteles de ataques sistemáticos a personas que opinan a favor o en contra del gobierno. ¿Estamos mejor, igual o peor que en la época del conflicto armado? Hay personas que le han destruido su reputación por opinar, generando casi una “muerte profesional” ¿se justifica?
La mayor expresión de incertidumbre e intolerancia fueron las consecuencias de la salida de los miembros de la sociedad civil –UCA, ESEN, FUSADES y ANEP- del Comité de Fondo de Emergencia, Recuperación y Reconstrucción Económica; inmediatamente se desató una serie de ataques a instituciones que cuentan con una gran reputación ética y trayectoria. El axioma que impera es antagónico: negro o blanco, no hay tonalidades de gris, o estás conmigo o en mi contra. Todos somos enemigos…
Recuerdo a mediados de los Noventa los debates entre la ARENA de Armando Calderón Sol, y el FMLN de Shafik Handal, duros, tensos, pero de altura y respeto, eran unos caballeros pese a su pasado diametralmente opuesto. Eran épocas complejas y difíciles. Recién se habían firmado de los Acuerdos de Paz (1992) y había heridas abiertas y temas álgidos: privatizaciones, reformas institucionales y legales, y pese a las tensiones ideológicas y discusiones acaloradas, nunca se rompió el diálogo. Fueron momentos de aprendizaje y madurez para nuestra incipiente democracia.
Hoy como que la historia se borró de tajo y comenzamos de cero en junio de 2019… y todo indica que vamos de espalda, cuesta abajo y sin frenos…

Investigador Educativo.