Cómo celebrar el domingo en tiempos de pandemia

Descansar lo necesario, dialogar juntos, participar presencial o virtualmente de la santa Eucaristía, ver una película, escuchar música agradable, recordar anécdotas de nuestros antepasados, comer algún bocadillo especial.

descripción de la imagen
Laura cumpliría 27 años el 25 de junio próximo. Imagen de carácter ilustrativo y no comercial / https://www.facebook.com/photo?fbid=10158057881785911&set=gm.465194047895582

Por Oscar Rodríguez Blanco

2021-05-08 3:12:33

La difícil situación por la que está pasando el mundo no permite a la mayor parte de fieles católicos y de otras religiones participar presencialmente en los actos religiosos del domingo. Ante esta realidad es bueno apartar en la “burbuja familiar” un lugar adecuado para celebrar con dignidad y recogimiento el día del Señor. Necesitamos la protección y misericordia de Dios.
La pandemia ha transformado la vida de millones de personas que han tenido que hacer cambios importantes en su vida. Los cambios son rápidos y nos toman desprevenidos. Somos frágiles y en cualquier momento puede llegar la enfermedad. Se hace necesario tener un control más exigente de nuestras vidas. Hay que cuidarse y cuidar a los demás para evitar problemas.
Estamos acostumbrados a planificar el futuro, pero los planes de Dios no son nuestros planes. Me llamó la atención el poema de un poeta del mundo nahua llamado Netzahualcóyotl (1402-1472) que cita un escritor en una reflexión religiosa. “Yo Nezahualcóyotl lo pregunto: ¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra? No para siempre en la tierra: Sólo un poco aquí. Aunque sea de jade se quiebra. Aunque sea de oro se rompe. Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra. No para siempre en la tierra: Sólo un poco aquí”. Esto es una realidad: solo estamos de paso en esta tierra.
El domingo ha sido llamado “día del Señor” desde los primeros años del cristianismo. En este día recordamos la pascua de Cristo y su victoria contra el mal. Es un día de descanso, de culto a Dios, de fraternidad familiar, es un día para comer juntos dejando a un lado los problemas. En tiempos normales se aprovecha para actividades sociales y culturales, deportivas y políticas, y como dice San Juan Pablo II, “se trata de un fenómeno social y cultural que tiene ciertamente elementos positivos en la medida en que puede contribuir al respeto de valores auténticos, al desarrollo humano y al progreso de la vida social en su conjunto”. ( Dies Domini 4).
Ahora que estamos en tiempo de pandemia ¿cómo podemos celebrar y aprovechar más el domingo? Hay muchas formas que pueden hacer la diferencia con los otros días de la semana, siempre y cuando, sea en lo más íntimo de la familia: descansar lo necesario, dialogar juntos, participar presencial o virtualmente de la santa Eucaristía, ver una película, escuchar música agradable, recordar anécdotas de nuestros antepasados, comer algún bocadillo especial. Esto nos ayudará a salir de la monotonía de estar encerrados. “Cuando el domingo pierde el significado originario y se reduce a un puro ‘fin de semana’, puede suceder que el hombre quede encerrado en un horizonte tan restringido que no le permite ya ver el ‘cielo’. Entonces, aunque vestido de fiesta, interiormente es incapaz de ‘hacer fiesta’. (Dies Domini 4).
Dios no se ha escondido, siempre sale a nuestro encuentro. Hay gente que cuida nuestra salud, otros se preocupan por trasladar los alimentos, muchos están orando por el fin de la pandemia, médicos, enfermeras y muchas otras personas, están salvando vidas. Dios está en todas estas realidades. Hay que abrir los ojos para reconocer su presencia. No hay que dejar que nuestra fe se apague, la noche puede ser oscura, pero Dios es luz y disipa toda tiniebla.

Sacerdote salesiano.