Beato Flavián Mucci: la piedad y el amor en el juego divino

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Comunicaciones Juan Anangono (L) de Guatemala compite por el balón con Stiwar Mena Serna de Alianza de El Salvador durante un partido de fútbol de la Liga de Campeones de CONCACAF en el Estadio Doroteo Guamuch Flores en Ciudad de Guatemala, el 22 de septiembre de 2021. Foto: AFP

Por Carlos Balaguer

2021-09-29 7:10:34

“Jesús juega a su manera; y yo, a la mía”, expresó en una ocasión el querido y recordado beato Padre Flavián Mucci (1935-2021). Y en verdad su vida apostólica -dedicada a la piedad, el amor y la esperanza- se movió dentro del “juego divino” universal, que mueve las inmensurables fuerzas y misterios del cosmos, manifestados en la fe cristiana. “Quien no vive de alguna manera para los demás, tampoco vive para sí mismo”, escribió el humanista y filósofo francés Eyquem de Montaigne. La obra de amor que realizó Mucci en nuestra tierra -la cual hizo suya- durante cincuenta años, no sólo demostró haber vivido por los demás sino al servicio de Jesús y su doctrina de luz. Esto, contra todos los vientos, inspirado en su misión. Tal lo dijo en su ideario: “Voy a seguir... voy a seguir creyendo aún cuando la gente no tenga esperanza; voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio; voy a seguir construyendo aún cuando otros destruyan; voy a seguir hablando de paz aun en medio de la guerra; voy a seguir iluminando aún en medio de la oscuridad y seguiré sembrando aunque otros pisen la cosecha y seguiré gritando aún cuando otros callen; dibujaré sonrisas en rostros con lágrimas, transmitiré alivio cuando vea el dolor...” (In Memoriam). <palabrasbalaguer.facebook.com>