¿Habrá rebrote de COVID-19?

Hoy todas las ciudades europeas están cerradas y algunas con toque de queda y se permite salir solo a trabajar y a gestiones urgentes y la policía vigila de día el uso obligatorio de mascarilla. Aquí puede suceder lo mismo con las aglomeraciones sin las medidas preventivas en comedores y restaurantes y mucho más arriesgadas son las aglomeraciones desordenadas para distribuir alimentos a la gente que lo necesita.

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Foto Por EDH-Shutterstock

Por Pedro Roque

2020-11-01 5:45:25

El crecimiento galopante del COVID-19 en una curva casi vertical, según el Instituto Hopkins, la fuente de información más confiable, muestra el viernes 30 de octubre las siguientes cifras de contagios: EE.UU. a la cabeza con 9 millones 7 mil 298 casos y 229 mil 293 muertos.

Otros países que superan el millón de contagios son: India (8 millones 88 mil 851); Brasil (5 millones 494 mil 376); Rusia (un millón 588 mil 433); Francia (un millón 327 mil 853); España (un millón 185 mil 678), Argentina (un millón 143 mil 800) y Colombia (un millón 48 mil 55).

El promedio móvil a siete días de nuevos casos diarios de coronavirus en Estados Unidos aumentó en las últimas dos semanas de 52 mil 350 a más de 74 mil 180, de acuerdo con el recuento del viernes de la Universidad Johns Hopkins.

En el mundo hay 43,500,000 contagiados, 1,120,000 fallecidos, sigue creciendo y cada vez son menos días para el crecimiento del millón anterior al siguiente.

En EE.UU. y Brasil las curvas no han dejado de crecer pero en Europa ya habían variado su dirección a horizontal y desde hace tres semanas cambiaron su dirección hacia arriba y esta segunda ola está siendo más agresiva que al principio.

El resultado es el confinamiento casi total en las grandes ciudades y suena ilógico y falto de sentido común que ya sabiendo la gente de esos países la gravedad de la enfermedad y cuáles son las medidas de prevención, no las estén aplicando.

En ninguno de los países donde la segunda ola está creciendo exponencialmente se puede decir que la gente no tiene agua ni jabón para lavarse las manos, ni dinero para mascarillas y en todos están prohibido las aglomeraciones.
El crecimiento de enfermos y fallecidos ya no es en la gente mayor sino en las edades de 25 a 50 años, es decir, la gente que sale a divertirse por las tardes y la noche.

La canciller alemana Ángela Merkel dijo en un comunicado que “libertad es responsabilidad” pues el crecimiento del coronavirus no es por la agresividad del virus, sino porque se está confundiendo la libertad con saltarse las reglas que evitan el contagio y no cumplir las instrucciones de los expertos en el control de la pandemia.

¿Y aquí como están las cosas? En lo privado, cada uno con su dinero y por diversión vi el jueves pasado por la tarde mucha gente en los bares de la calle paralela al bulevar de los héroes en mesas de cuatro, unos frente a otros disfrutando después del trabajo, y está bien, pues todos merecemos un rato de diversión después del trabajo; el punto es que se puede hacer, pero protegiéndose.

Y observando los comportamientos de las curvas de contagio, si aquí no seguimos con los cuidados que se vienen aplicado y que hasta los niños de cinco años lo saben, puede suceder lo que está pasando en Europa y volvamos a los encierros obligados, por un rebrote más fuerte que al inicio de la pandemia.

Si recuerdan la primera fuente de contagio en España fueron las manifestaciones el Día de la Mujer. Con las curvas casi planas, hace un mes se empezaron las manifestaciones en diferentes países contra los estados de emergencia y la gente aprovechando el verano comenzó a viajar.

Hoy todas las ciudades europeas están cerradas y algunas con toque de queda y se permite salir solo a trabajar y a gestiones urgentes y la policía vigila de día el uso obligatorio de mascarilla.

Aquí puede suceder lo mismo con las aglomeraciones sin las medidas preventivas en comedores y restaurantes y mucho más arriesgadas son las aglomeraciones desordenadas para distribuir alimentos a la gente que lo necesita, que sin darse cuenta están quizás cambiando una bolsa de alimentos por un contagio, aunque la visión del político sea un voto por cada bolsa, por cierto a cuenta de los impuestos pero entregada en nombre del gobierno.

Señores, no solo están jugando el fuego del COVID-19, sino también con la necesidad de la gente. Seguro que pensando más en la gente que en lo político hay otras formas de llevar la ayuda a quienes la necesitan.

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