Las primeras 24 horas

No les puedo explicar lo feliz que estoy de que nos encerraron. No puedo negarles que al oír que serían 30 días de cuarentena y de manera inmediata me dejó un poco asombrado, pero se recibe con gran respeto la decisión tomada por el presidente de la República. Esto nos da tiempo para prepararnos y para estar listos para lo que nos viene.

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Foto EDH/ Jessica Orellana

Por Mauricio Maza

2020-03-23 6:21:13

“Espero que el gobierno nos mande a encerrarnos a nuestras casas”. Eso escribí en el artículo anterior.
El sábado 21 de marzo, alrededor de las 9:30 p.m., el presidente de la República, Nayib Bukele, nos comunica: “Desde esta noche hemos decidido implementar una cuarentena domiciliar durante 30 días para el país”
Este día quiero compartir lo vivido durante mis primeras 24 horas de la cuarentena.
Alrededor de las 10 de la noche el presidente la República nos informa: “Las personas que no acaten estas medidas van a ser detenidas y llevadas a un centro de contención, además de que se les retirarán otros beneficios”.
A las 10:30 de la noche, solo 30 minutos después que el presidente informa que quien salga de su casa será detenido y se le llevará para cuarentena, ¡hay un cortocircuito en la casa! Mi padre, de 77 años, tenía temor de que esto podía causar un incendio porque era en un área del techo. Entonces hacemos lo que pensamos que va a solventar el problema: hablamos a la distribuidora de electricidad y a los Bomberos.
¿El resultado de esas llamadas? Nada. Nadie podía ayudar. Si había una unidad que podía ayudar, llegaría… Esperamos hasta la 1:00 a.m. Nadie llegó.
Cuando escribí “hablamos a la distribuidora de electricidad y a los bomberos”, así fue: “hablamos”, pero mi papá en su casa y yo en la mía, separados por la cuarentena… y yo, sin poder ayudar. No tenía certeza de qué podía pasarme si salía de la casa. ¿Terminar en cuarentena sin mi familia? ¿Terminar con extraños por un mes, sin poder ver a mi esposa e hijos? Afortunadamente al bajar unos dados del tablero eléctrico el problema cedió y consiguió una extensión para conectar de un área de la casa con electricidad hasta la refrigeradora, la cual había sido afectada por el incidente.
Hoy logró llegar un electricista “de emergencia” que un ángel nos mandó, porque nadie se quería arriesgar de salir, pero después llegamos a la conclusión que de nada sirvieron sus esfuerzos, ya que las ferreterías estaban cerradas.
¿Por qué cuento esto? ¿Para hablar mal de las medidas tomadas? ¿Para criticar al Cuerpo de Bomberos que no tenían suficientes unidades para llegar? NUNCA. JAMÁS. Al contrario, nuestros servidores públicos son héroes que muchas veces no reciben ni por cerca el crédito que ser merecen; que trabajan con los medios que tienen a su disponibilidad. Estoy seguro de que esa noche tenían muchas otras prioridades que tenían que atender.
Les cuento esto porque fue algo frustrante no poder ayudar a mis papás físicamente. Pensar que algo les podía pasar no me dejó dormir toda la noche. ¿Pero saben qué? En este periodo de cuarentena van a pasar cosas que no podremos controlar. Cosas que nos causarán coraje, frustración y tristeza. En esos momentos tenemos que recordar por qué estamos sacrificándonos. ¡Lo estamos haciendo por nuestros seres queridos! Mi esposa y mis hijos tenemos riesgos ante esta enfermedad, pero los adultos mayores son los más afectados.
En el caso de mi familia, por la abuela y tía de mi esposa y por mis papás. Ellos son de la generación que nació en la época de una guerra mundial, vivieron una guerra civil en su país, lograron reconstruirlo para nuestro futuro y ahora les toca vivir una guerra contra este nuevo coronavirus. Este es el momento en que nosotros tenemos que batallar por ellos, como ellos lo hicieron durante la guerra y desastres naturales para formar a El Salvador que todos amamos.
No les puedo explicar lo feliz que estoy de que nos encerraron. No puedo negarles que al oír que serían 30 días de cuarentena y de manera inmediata me dejó un poco asombrado, pero se recibe con gran respeto la decisión tomada por el presidente de la República. Esto nos da tiempo para prepararnos y para estar listos para lo que nos viene.
Generación Z, Millennials, Generación X…. todos vamos a la edad de los Baby Boomers. Cuando estemos en esa época de nuestras vidas, y si vuelve a salir una crisis como esta, espero que las generaciones que estamos forjando tengan el compás moral de también hacer los esfuerzos sobrehumanos para combatir todas las adversidades que tengamos que afrontar como humanidad.
Los dejo con una frase con la que me atravesé este día:
“La sabiduría de las personas mayores es infinita, solo necesitan que estemos dispuestos a apreciar la sabiduría que solo los años les han permitido adquirir”.

Médico.