Ya los salvadoreños nos acostumbramos a dejarlo todo para última hora, consideramos que la improvisación es parte de nuestra idiosincrasia, y nos enorgullecemos de que, después de todo, salimos bien. Pero como nunca habíamos vivido una pandemia, esta falta de previsión puede traer serias consecuencias.
Excelentes recomendaciones: lavarse las manos, no tocarse la cara con ellas sucias y tener disponible gel antibacteriana. ¿Y las grandes colonias sin servicio de agua, y que recibieron un líquido fétido y oscuro?
Prueba de fuego para el presidente de ANDA cuya destitución están pidiendo los diputados, y la Ministra de Salud, que a pesar de su título de médico, necesitó que le soplara y le pasara papelitos con las respuestas adecuadas, la Comisionada Recinos, cuyo CV demuestra que únicamente ha cursado estudios secundarios.
¿Podrá el Gabinete de Salud Ampliado enfrentar una situación tan seria, considerando el precario sistema de salud con que contamos?
El Presidente Bukele anunció que se pediría a los ciudadanos del CA-4 (Honduras, Nicaragua y Guatemala) presentar pasaporte para ingresar al país y posteriormente la medida fue revertida para Guatemala.
Pero ante el imparable avance del virus en Centroamérica, el mandatario firmó un decreto declarando todo el país en cuarentena, aunque por el momento no hay sospecha de casos de infectados. Quedan suspendidas todas las clases por 21 días, se cancelan todos los grandes eventos y se restringe el ingreso de extranjeros al país.
Pero los que ingresen, incluso de los países centroamericanos, deben permanecer 30 días en cuarentena.
Y aquí empieza la pesadilla porque el gobierno no está preparado para hacer cumplir el dichoso decreto. Las aglomeraciones en el Aeropuerto de Comalapa, de personas indignadas porque el miércoles solo había 8 médicos para evaluarlos y debieron permanecer hasta altas horas de la noche.
Al saturarse el espacio vecino destinado a la cuarentena, se habilitó un lugar en Jiquilisco, donde no se dispone de jabón ni papel higiénico, con camarotes con poca separación. Hay peligro que muchas personas puedan estar contagiadas, sin presentar síntomas, y se facilitará la propagación del Covid 19.
Muchos pasajeros que ingresaban al aeropuerto recibían la recomendación de retornar a su lugar de origen, pero ellos preguntaban si el GOES se haría cargo de pagarles el boleto de retorno, lo que no está contemplado en el decreto presidencial.
Sin embargo, Bukele anunció que presentará a la Asamblea un Plan Anticrisis, que contempla un presupuesto de $2,000 millones para paliar la caída económica, enfatizando que es casi el triple de los $728 millones que Canadá ha proyectado, lo que no es motivo de orgullo, pues Canadá cuenta con un excelente servicio de salud y está más que preparado para este tipo de calamidades.
Otra improvisación del Presidente Bukele, al asegurar a personeros de la administración Trump que El Salvador podría recibir cerca de dos mil solicitantes de asilo en USA, algunos provenientes de México, posiblemente a finales de marzo, según el acuerdo de cooperación ya firmado.
Y en entrevista en el conocido programa 60 Minutes el pasado diciembre, cuando la periodista Sharyn Alfonsi, de la cadena CBS le preguntó si El Salvador estaba preparado para recibir a estas personas, tuvo el valor de contestar: “Bueno, no; en este momento no tenemos capacidad de asilo, pero podemos construirla”.
¿En cuánto tiempo y con qué recursos pretende hacer realidad esta atrevida afirmación? Si no es por arte de magia, deja en claro que o está mintiendo, o no tiene idea de lo que supone implementar algo tan complejo. Y esto, todavía sin la amenaza del Covid 19. ¿Estarán conscientes sus asesores de la fantasía de los proyectos presidenciales o también creen en ellos?