Consecuencias del relativismo en la política

Quienes promueven sus propios intereses económicos, ideológicos, de poder político, etc. a costa de los demás, mediante el manejo hábil, estratégico y sin escrúpulos de la opinión pública y automatizando masivamente a los ciudadanos, tergiversando la realidad y la naturaleza de las cosas, crean con ello el terreno fértil donde germina y se dispersa el pernicioso relativismo, que en el presente está lacerando la política y escindiendo el dialogo y la convivencia humana.

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El agresor, identificado como Pablo Ramón Fitoria Miranda, nicaragüense, mató de "múltiples" cuchilladas a su pareja. Foto EDH/Archivo

Por Luis Enrique Contreras Reyes

2019-09-25 5:42:01

El escritor español Juan Manuel de Prada define al relativismo de la siguiente manera: “El relativismo es dogmático y socialmente tiránico con la cultura de principios”. Este reconocido escritor hace un planteamiento interesante de como el relativismo se ha convertido en una tiranía al haberse enquistado en la política, no solamente en España, sino que a nivel mundial. El relativismo se ha ido esparciendo, ramificando velozmente en diversos países, afectando con ello las políticas públicas que rigen la vida de sus ciudadanos.

La política es una ciencia que se apoya de las ciencias morales y éticas para una configuración idónea de políticas y leyes que rigen las relaciones humanas y sociales. Por tanto, desde que el relativismo niega que exista la verdad, ya tenemos problemas serios de interpretación de la realidad y como consecuencia de ello se tendrán colosales errores prácticos en la política. No es lo mismo errar con respecto a la verdad que negar la posibilidad de su existencia o de su conocimiento. Un pensamiento relativista apunta a que las realidades relacionadas con verdades objetivas son inaccesibles.

Este pensamiento relativista se ha generado por diversos factores, han existido guerras de religiones; se han dado e impuesto por la fuerza grandes explicaciones cerradas y verticales del ideal humano; el marxismo que ha fracasado estrepitosamente; el hecho del pluralismo cultural, religioso, político; la experiencia de que la aceptación de una verdad compromete seriamente, y prueba de ello es el relativismo que empuja a muchos que, llamándose “personas éticas y con principios”, acomodan la verdad, pasando por encima de preceptos morales con tal de obtener réditos políticos y económicos.

Al negar verdades objetivas el ser humano inicia una ingeniaría social de autodestrucción y caos sociopolítico. Su orden ético se apoya en el pragmatismo: permite algo a quien lo desee, pensando que amplía el campo de su libertad. Sin embargo, esto nos conduce a graves problemas antropológicos. Citamos dos ejemplos nocivos que el destacado jurista y filósofo español Antonio Enrique Pérez Luño plantea con respecto a la difusión del relativismo en la política:

1-predomina la función técnica de la inteligencia sobre la sapiencial, siendo esta la que se refiere a entender el significado del mundo y de la vida humana y 2-la falta de sensibilidad por la verdad lleva a la corrupción de la misma libertad, que se invoca en formas destructoras: libertad de abortar, de ser soez, de construir el matrimonio de espaldas a la naturaleza, libertad de instigar, realizar actos vandálicos y no dar razón de las propias posiciones y, sobre todo, libertad de imponer un pensamiento relativista dogmático, que paulatinamente se convertiría en una dictadura disfrazada.

Los hombres seríamos ciegos que corremos el peligro de absolutizar un conocimiento parcial e inadecuado, cuando caemos en el error de relativizar todo adoptamos un comportamiento violento e irrespetuoso, incompatible con la dignidad humana.

El pensamiento relativista se presenta a sí mismo como el presupuesto necesario de la democracia, del respeto y de la convivencia. Pero quienes promulgan y difunden el relativismo parecen no darse cuenta de que su planteamiento incita a la burla y al abuso de quien ostenta el poder legal y político.

Quienes promueven sus propios intereses económicos, ideológicos, de poder político, etc. a costa de los demás, mediante el manejo hábil, estratégico y sin escrúpulos de la opinión pública y automatizando masivamente a los ciudadanos, tergiversando la realidad y la naturaleza de las cosas, crean con ello el terreno fértil donde germina y se dispersa el pernicioso relativismo, que en el presente está lacerando la política y escindiendo el dialogo y la convivencia humana.

Analista político

@LuisSaxum