Más sobre la colonización

Según el artículo del Lic. Mojica, la causa de culpar a España de todos los males de las conquistas se debió a falta de propaganda. Y a la Leyenda Negra

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Por Teresa Guevara de López

2020-10-17 2:35:21

El “Día de la Raza” el Lic. Max Mojica escribió en El Diario de Hoy un interesante artículo titulado “Depredadores o civilizadores”, refiriéndose al estilo de colonización realizada por Inglaterra, Francia, Bélgica y Alemania, que califica como depredadores, mientras España llevó a cabo una imponente epopeya civilizadora, aunque considerada por muchos como modelo de crueldad.
Personas cultas repiten lo que leyeron: que los pobres indígenas entregaban oro y plata a cambio de espejitos y collares vistosos. Muchos historiadores, entre ellos el Inca Garcilazo de la Vega en sus “Comentarios Reales”, afirman que en estas tierras tanto el oro como la plata eran tan abundantes que no se consideraban valiosos. Los mezclaban con argamasa para la construcción de sus templos, construían jardines internos con plantas hechas de esos metales y decoraban sus palacios con figuras de animales de oro y plata en las paredes.
¿Y qué dieron los españoles a cambio de tales riquezas? Establecieron formas de gobierno. Enseñaron lengua y religión y transmitieron cultura fundando escuelas y universidades y diseñando bellas ciudades siguiendo el patrón cartesiano vigente. Dotaron a las ciudades en los virreinatos de Nueva España, Nueva Granada, Perú y De La Plata de impresionantes construcciones que todavía pueden admirarse. Los palacios de los virreyes y capitanes generales, las catedrales y las universidades son testigos mudos de la grandeza de la colonización española.
Las universidades americanas pronto demostraron una capacidad académica, que no tenía que envidiarle a las europeas. Sor Juana Inés de la Cruz y Juan Ruiz de Alarcón, reconocidos poetas de la época de Carlos III, estudiaron en la Universidad de México, así como el Inca Garcilazo de la Vega, en Lima. Esto prueba que no existió discriminación racial alguna, ya que sus padres fueron el Capitán Sebastián Garcilazo de la Vega y la princesa inca Chimpu Ocllo.
Pedro de Alvarado fue pareja de la Princesa de Xicotencatl, como relata bellamente el escritor guatemalteco José Milla en su novela “La Hija del Adelantado”, así como los apellidos de dos historiadores mexicanos de la época: Fernando de Alva Ixtlitxochitl autor de “Historia Chichimeca” y Fernando Alvarado Tezozomoc, quien escribió “La Crónica Mexicana”. La impresionante historia de las Reducciones del Paraguay, donde los jesuitas desarrollaron un modelo cultural totalmente novedoso para su época, evidencian la colonización española.
El escritor colombiano Germán Arciniegas, en su libro “Los alemanes en la conquista de América”, relata cómo el Emperador Carlos V, imposibilitado para pagar a los tercios de Flandes y sin crédito por sus abundantes deudas, logró que los banqueros alemanes Fugger y Welser le prestaran el dinero dando como garantía los territorios de Venezuela, Perú, Bolivia, Chile y Argentina, para descubrir, conquistar, gobernar y administrar, ellos y sus sucesores, exentos de impuestos, pudiendo nombrar autoridades civiles y eclesiásticas.
Los alemanes, durante los 18 años de permanencia en territorio de Venezuela, dedicaron todos sus esfuerzos en la búsqueda de una inexistente ciudad de oro y esmeraldas. En su recorrido, saquearon e incendiaron las ciudades de Coro y Maracaibo, fundadas por los españoles. Finalmente, devolvieron los territorios, sin haber dejado ninguna huella de su paso por ellos: sin haber fundado ninguna ciudad, ni haber legado nombres de tradición alemana en ninguna parte de la región. Posteriormente, en Europa, fueron juzgados y condenados por abusos y mal gobierno en tierras americanas.
Según el artículo del Lic. Mojica, la causa de culpar a España de todos los males de las conquistas se debió a falta de propaganda. Y a la Leyenda Negra, que se inició con las denuncias de Fray Bartolomé de las Casas, bastante exageradas, y a las publicaciones de Antonio Pérez, ex secretario de Felipe II, despedido por traidor y acogido en Francia donde se vengó difundiendo calumnias contra la colonización española. En el momento actual, creer todavía estas versiones es únicamente una prueba de desconocimiento de la historia.

Maestra.