Cambiar para transformarnos o cambiar para evolucionar

Existe el cambio por evolución, al que definiré como el que supone, no pasar de ser una cosa por otra, sino seguir siendo el mismo ser u objeto, pero aclimatado a la necesidad del entorno; dicho de otra manera, continuar siendo el mismo, pero con las mejoras necesarias que exige una nueva realidad.

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Foto EDH/Cortesía

Por Jonathan Navarro

2019-08-03 8:21:46

La palabra “cambio” es quizás la más gastada en la política actual de nuestro país. Ha sido utilizada por unos y otros indiscriminadamente, pero pienso que el cambio debe ser visto de dos formas y, según tu posición y tu identidad, asumir el concepto de cambio que te corresponda.

El cambio para trasformar voy a definirlo como aquel que sugiere que un objeto deja de ser algo, para volverse en una cosa distinta. Y como ejemplo, lo hemos visto en las pasadas elecciones, donde cambio la política y se rompió el bipartidismo de las últimas décadas, así como la forma de hacer campaña electoral, porque pesó más el contacto tecnológico que el contacto personal. Es decir, la forma de hacer campaña electoral se trasformó, así como la política salvadoreña, donde pasamos de elegir partidos políticos a elegir candidatos.

Pero también existe el cambio por evolución, al que definiré como el que supone, no pasar de ser una cosa por otra, sino seguir siendo el mismo ser u objeto, pero aclimatado a la necesidad del entorno; dicho de otra manera, continuar siendo el mismo, pero con las mejoras necesarias que exige una nueva realidad. Y dicho esto me pregunto, ¿se equivocan algunos políticos y funcionarios públicos al pretender un cambio por transformación cuando en realidad la sociedad demanda de ellos un cambio por evolución?

Y es que, por más popular que suene moverte con la bandera que “ya no eres de un partido político y que obedeces a los intereses del pueblo”, la transformación de un político es un desgarro para la sociedad, porque, aunque enfilarte bajo una bandera más popular te pueda asegurar una reelección en el parlamento, no puedes perder de vista que quienes te llevaron ahí lo hicieron para que defendieras una idea política que compartieron en común; no vengas ahora a decir que te vuelves del lado de quien tiene más seguidores, porque eso no te vuelve un portavoz del pueblo, sino un mercenario político.

Y es que un verdadero político no salta del partido cuando las cosas van mal, sino que se queda y ayuda a sacarlo adelante. Que un político se trasforme es la cosa más común y fácil, pero que un político evolucione, es lo más difícil y lo que en verdad necesitamos para corregir la política sectorial.

Pero el cambio por evolución también debe notarse en los servidores públicos. Y es que, si bien no se puede negar que la política de seguridad está teniendo una alta aceptación y efecto positivo, tal como lo confirma la propia voz popular, también es cierto que de algunas dependencias del Estado esperamos más que el uso de redes sociales para asentir órdenes. Porque habilitar horarios extraordinarios en el Ministerio de Trabajo para recepción de denuncias, o proponer reformas al Código de Trabajo que incrementen la carga económica patronal no representa una evolución real, y no digo que sean malas ideas, solo digo que no dejan de ser propuestas populistas, que trasforman la administración de la institución, pero dejan de lado aspectos que precisan una renovación desde hace ya varias décadas, como la creación de un Código de Procedimientos laborales que garantice un proceso más justo, o habilitar horarios extendidos para ciertos sectores donde patrono y trabajador lo demandan.

Reconozco que en nuestro país precisaba una transformación, y que en muchos aspectos sensibles ha ocurrido, pero también se requiere evolución de parte de ciertos sectores. Y es que en política y en la sociedad, la homogeneidad es un concepto tan dañino como inexistente. Si los políticos y los funcionarios públicos asumieran una transformación o evolución según les corresponda, podríamos entonces hablar de un verdadero cambio, uno global.

Abogado Instagram: jnavarro_abogado