Este es el mes en el que muchas personas reafirman e idealizan sus propósitos para este nuevo año. Unos buscan mejorar su salud, su condición física, empiezan a ir a correr o al gimnasio, otros se proponen nuevos retos profesionales como sacar un diplomado, una especialización, aprender un nuevo idioma, dominar la informática o el paquete office; otros, se proponen leer un nuevo libro; otros optan por los propósitos espirituales que enriquecen el alma y la fe, ir a misa más seguido, o al culto, orar más por nuestros semejantes y por el país. Lo importante como sociedad es ser menos egoístas y más empáticos, esos sí son buenos propósitos, que podrían generar cambios culturales y sociales.
Tantos problemas vecinales, generados por el egoísmo, que llegan a propiciar una atmósfera tóxica, hacinada y hostil y que lamentablemente siempre tienen por válvula de escape la violencia. Otro aspecto es la falta de empatía, que por el mismo egoísmo nos frivoliza y nos hace indiferentes. Hoy es tiempo, en este primer mes del año, de afianzar buenos propósitos para fomentar la verdadera armonía social.
El medio ambiente necesita también de nuevos propósitos este 2022, en donde puedan influir, la sociedad, el gobierno, las organizaciones y el sector privado.
El primer propósito ambiental sería apostarle a la reforestación nacional, y aumentar los sumideros de carbono.
Segundo propósito: aminorar la vulneración urbanística de las áreas verdes protegidas y de recarga hídrica.
Tercer propósito, fomentar la diplomacia a través del ministerio de Relaciones Exteriores sobre la protección de nuestro mayor afluente el río Lempa, fomentar el monitoreo de lo que sucede en nuestro territorio y en los países vecinos (Principalmente Guatemala) en cuanto al afluente.
Cuarto Propósito: Firmar el Acuerdo de Escazú por parte del Estado, aparte de ser un ejercicio democrático, es una garantía para el pueblo salvadoreño de la soberanía y respeto de los recursos naturales, así también para proteger la labor de los activistas ambientales.
Quinto propósito: Garantizar agua potable a toda la población, de calidad, servicio, para suplir todas las necesidades fundamentales de la comunidad y evitar su privatización.
Sexto propósito: Invertir en la biodiversidad, la conservación de las especies en peligro de extinción, delimitando las áreas protegidas.
Séptimo propósito: Fomentar la agricultura orgánica, el uso de fertilizantes amigables con el medio ambiente, y evitar el desgaste del suelo.
Octavo propósito: Reciclar, iniciar una campaña nacional, de separación y reciclaje, haciendo énfasis en los municipios del Litoral. Noveno propósito: Fomentar la eco-innovación, a nivel industrial, producir, consumir pero dañar menos el medio ambiente por medio de esas invenciones.
Décimo propósito: Crear fuentes de empleo verdes por medio de inversiones que tengan como objetivo reducir la huella de carbono.
Cumpliendo estos puntos seremos una sociedad mejor preparada al embate del cambio climático y los desastres naturales, como sociedad, gobierno y empresas debemos aspirar a una ambiciosa política nacional de des carbonización, dignifiquemos nuestra calidad de vida y la de nuestros hijos. Por mejor ambiente.
Publicista y ambientalista/Chmendia