Invito al Pueblo Salvadoreño a elevar una plegaria por todos los mártires del conflicto armado…
Siempre creí y sigo creyendo que 60 años de gobierno en manos de mis compañeros militares deberían terminar.
Siendo capitán del Ejército me plegué activamente al último golpe de Estado de El Salvador (15 de octubre de 1979) pensando en que nuestros líderes de mayor rango en esa acción serían capaces de desarrollar la transición de gobiernos militares a gobiernos civiles, pero no se pudo. Ellos no estaban por ese camino. Los Estados Unidos y el poder económico igual. Los líderes de la insurgencia creían en su estrategia de alcanzar el poder por la vía de las armas: “si Nicaragua triunfó, El Salvador triunfará”. Nos fuimos a la guerra de más de 12 años. El Pueblo Salvadoreño sufrió muerte y destrucción por presiones nacionales e internacionales y sobre todo el cansancio se llegó al final de esta parte negra de nuestra historia.
Se suscribieron los Acuerdos de Paz, con lo cual se da por finalizado el conflicto armado. Ya con gobiernos civiles y una Fuerza Armada alejada de la política, iniciamos nuestro recorrido por la senda de la Democracia.
Los Acuerdos de Paz son la primera campanada con la cual El Salvador demuestra al mundo su deseo de vivir en democracia. No permitamos que nos la roben. Hago un llamado a mis compañeros militares activos en este momento a defenderla. Ustedes forman parte de una Institución permanente; los partidos políticos son transitorios, los mandatarios igualmente.
El Artículo 211 de nuestra Constitución nos dice que “La Fuerza Armada es una Institución al servicio de la Nación, es obediente profesional, apolítica y no deliberante …”.
Les recuerdo, compañeros, que la Fuerza Armada está para defender la República y respetar la Constitución.
Coronel de la Fuerza Armada (r).