Yoga en tiempos del Mundial

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Douglas Meléndez, Fiscal General. Foto EDH / Archivo

Por Susana Barrera

2018-06-22 8:50:23

“Yoga para toda la vida” es el lema que ocupa el Día Mundial del Yoga, que se celebra cada 21 de junio desde 2015 por mandato de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y tras reconocer la popularidad de esta práctica, física y espiritual.

En El Salvador la comunidad yogui crece cada día más y diversas escuelas de formación han surgido en el último tiempo. Yoga, que en sánscrito significa “unidad de cuerpo y mente”, ofrece inacabables beneficios a quienes le practican, sean hombres o mujeres.

Cabe aclarar que no es una actividad religiosa, no es exclusiva de mujeres y no es hinduismo; es un modo de vida que permite comprender, y practicar la reconciliación y la paz con el cuerpo a través de cientos de posturas o asanas (posiciones) conscientes, que favorecen cada músculo, órgano y célula. Se complementa con la alimentación saludable, el pensamiento positivo, el silencio y la contemplación.

Esta forma milenaria de conexión con el cuerpo y con la humanidad está penetrando a través de las escuelas que ofrecen espacios para esta práctica o estilo de vida como respuesta al estrés y a la procura del bienestar, que tanta falta hace en nuestras cotidianeidades y a las mujeres en estado de embarazo.

El yoga es una disciplina milenaria que trabaja el estiramiento del cuerpo, flexibilidad, la respiración consciente y la meditación. Es importante notar que el yogui avanza en la exploración de este modelo de vida a su propio ritmo, a la vez que se invita al auto contemplación, al agradecimiento, a la responsabilidad personal de la vida y a la compresión colectiva. Es una disciplina milenaria heredada a la humanidad en la India.

Mientras el mundo futbolero, en su mayoría hombres y jóvenes, celebra la fiesta principal del deporte rey, las comunidades yoguis reflexionan sobre la importancia del Día Mundial del Yoga y sus aportes al bienestar, y El Salvador no es la excepción; charlas, jornadas, conferencias magistrales se han organizado para hacer conciencia de los aportes de esta disciplina al mundo.

Es de reconocer la invitación que los estudios de yoga hacen en este día internacional para presentar las bondades del mismo; con esa intención Yogashala, un reconocido instituto especializado realiza cada último sábado de mes una jornada gratuita para la comunidad en el Parque Bicentenario.

La práctica del yoga no requiere necesariamente de insumos costosos, sino más bien la voluntad y determinación de quien lo practica; los maestros yoguis sugieren comenzar con ejercicios de respiración consiente, silencio y de contemplación, como puerta de entrada a este mundo, que puede ser accesible para todos.

Existe suficiente información en línea para explorar sobre este tema, igual tutoriales y libros que citan a los máximos exponentes del yoga. Un buen libro y de carácter libre es el Gran Libro del Yoga de Ramiro Calle, cuyo autor entra en detalles sobre las clasificaciones y tipos de esta disciplina, los múltiples e inagotables beneficios de la práctica, consejos, ofrece una serie de sugerencias de posturas para el yogui principiante; sin embargo, la guía de un maestro en el tema es fundamental para la práctica, ya que también uno de los riesgos son las lesiones sino se practica como es debido.

Cada individuo tiene su propio modelo de autocuido y el yoga es una muy buena alternativa, no solo para la salud sino también para la autoestima. Quien entra a este modelo difícilmente sale porque se encuentra con su esencia.

Contagiémonos de esta otra “ola Mundial”, de la globalidad del yoga; parémonos de cabeza (difícil), saludemos al sol, hagamos posiciones de muertos, de niños, guerreros, perros, tablas, ranas, gatos y demás incontables posturas cuyo fin es hacer una oda al cuerpo, a la humanidad y al medio ambiente. Namasté.

Periodista especializada en
turismo y desarrollo local