Hypatía en Baldor y la mujer en las ciencias

descripción de la imagen
Douglas Meléndez, Fiscal General. Foto EDH / Archivo

Por Mirella Schoenenberg de Wollants

2018-06-22 8:48:14

En marzo recién pasado asistí a una exposición en la Universidad Centro Americana “José Simeón Cañas” (UCA) sobre la importancia que las mujeres salvadoreñas incursionen en el campo de la ingeniería y ciencias afines, debido a que en el mundo laboral nacional hay oportunidades de mejores salarios para ellas, en comparación con otro tipo de carreras.

Seis científicas salvadoreñas de las Matemáticas, la Química y la Astronomía fueron entrevistadas sobre el origen de su deseo que las motivó a estudiar este tipo de disciplinas, donde es poco frecuente ver mujeres. Todas tuvieron un aspecto en común: Un miembro de su familia cuyo ejemplo ellas siguieron. Y recordé a Hypatía.

Sin saber exactamente su fecha de nacimiento (355 o 370 d.C.) sabemos que Hypatía fue una filósofa y maestra neoplatónica griega que nació en Egipto. Matemática y Astrónoma, miembro de la Escuela Neoplatónica de Alejandría a inicios del siglo V, cultivó los estudios lógicos y las ciencias exactas. Además fue una famosa maestra, enseñando a aristócratas cristianos y paganos que ocuparon luego altos cargos.

Pero esto no fue casual o producto de una genialidad congénita. Al igual que las científicas entrevistadas en la UCA, Hypatía tuvo una fuente de estímulo: su padre, quien fuera Teón de Alejandría, un destacado matemático y astrónomo, quien probablemente trabajaba y daba clases en la Biblioteca del Serapeo (la construida para sustituir a la Gran Biblioteca de Alejandría que había sido incendiada). Teón educó a su hija Hypatía en un ambiente académico y culto, donde él le enseñó Matemáticas y Astronomía y ella aprendió su pasión por buscar lo desconocido.

Ella estudiaba en ese museo junto a decenas de profesores que vivían allí o lo visitaban, viajó a Atenas e Italia para cursos de Filosofía, formó parte del Museo hasta el día de su muerte y, llegó a dirigirlo alrededor del año 400. Durante 20 años se dedicó a la enseñanza, la cual ejercía en su propio hogar, centrándose en las obras de Platón y Aristóteles. Considerada por sus contemporáneos como “la auténtica maestra de los misterios de la filosofía”, era consejera de los poderosos de su tiempo.

Hypatía es la primera mujer científica cuya vida está bien documentada. A pesar de que la mayoría de sus escritos se extraviaron, hay numerosas referencias a ellos. Fue la última científica pagana del mundo antiguo y su muerte coincidió con los últimos años del Imperio Romano. Como no hubo adelantos significativos en Matemáticas, Astronomía ni Física en ninguna parte del mundo occidental durante los mil años siguientes (el Oscurantismo), ella ha llegado a simbolizar el fin de la ciencia antigua.

En el Álgebra de Baldor, como la mayoría conocemos al compendio más usado como texto de estudio de esa rama de la Matemática en nuestro país, Hypatía es la única mujer que adorna una de las portadas de ese maravilloso texto que creó un cubano, Doctor Aurelio Baldor.

Señalada como causante de conflicto entre los poderosos de su época, alrededor del 415 o 416 d.C., un grupo de fanáticos cristianos, durante la Cuaresma, se abalanzaron sobre ella cuando regresaba en su carruaje a su casa, golpeándola y arrastrándola por toda la ciudad hasta llegar al templo Cesáreo, donde fue desnudada, apedreada y asesinada, como se observa en la pintura de la portada del Capítulo X del Álgebra de Baldor. Su vida ha sido personificada en la película “Ágora” con Rachel Weisz en el papel de Hypatía, una muy buena producción que nos hace comprender mejor los aportes de esta mujer al mundo científico y los conflictos políticos de su época.

La conclusión de esta historia es que la superación que requerimos las mujeres dependerá, sobre todo, del ejemplo que tengamos en el hogar. Si no recibimos el mensaje que tenemos la capacidad para incursionar con éxito en cualquier campo del saber, jamás dejaremos la cocina ni la plancha, y seguiremos ocupando posiciones de segundo nivel.

Médica, nutrióloga
y abogada