Carta al vicepresidente Ulloa: Jugando a las chibolas

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Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Foto EDH / AFP

Por Paolo Lüers

2020-09-09 3:05:40

Estimado Félix:

Vi en el Diario Oficial que el presidente te ha nombrado delegado “para coordinar el Estudio y Propuesta de Reformas a la Constitución”. Él decretó que esta iniciativa “tenga como objetivo una reforma constitucional, como base para una legislación moderna y eficiente, acorde a las necesidades actuales de la sociedad”.

Vaya. Al fin tendrás algo que hacer en este gobierno, algo que además coincide con un sueño que has manifestado desde hace años: “Una nueva Constitución para un nuevo país”.

Yo soy un fiel defensor de la Constitución, así como quedó con los Acuerdos de Paz, y que nos provee mecanismos institucionales para limitar el poder del Ejecutivo, controlarlo y evitar sus abusos. Es la Constitución que El Salvador adoptó para el nuevo país que surgió de la guerra y los Acuerdos de Paz. No necesitamos fundar otra vez un nuevo país, ni mucho menos una nueva Constitución que regale al gobierno “una legislación moderna y efectiva”, que no será otra cosa que reducir la independencia de la Asamblea y convertirla en una fábrica de leyes que convienen al Ejecutivo.

Pero a pesar de tener claro las malas intenciones, no estoy muy preocupado. Primero, porque ya sabemos cómo terminan los encargos que el presidente te ha dado: Mucho humo, nada de carne. Si tu misión de cambiar la Constitución termina como tu misión de crear una CICIES, yo duermo tranquilo…

Hay otra razón que me da confianza: Nuestra Constitución tiene frenos para evitar que fuerzas malintencionadas la puedan manipular o cambiar por razones coyunturales de poder. Es una de sus razones para querer reformarla. Me imagino que como abogado conocés el artículo 248. Dice que el gobierno no tiene iniciativa de ley para iniciar reformas constitucionales, corresponde exclusivamente a los diputados. El segundo freno lo puso la Sala de lo Constitucional, sentenciando que cualquier reforma a la Carta Magna tiene que aprobarse ANTES de las elecciones para la próxima Asamblea que la tendría que ratificar. Una sentencia muy sabia de la Sala, que garantiza que al votar en la próxima elección los ciudadanos sepamos quiénes son los diputados y partidos que apoyan la reforma constitucional, y quiénes se oponen. Nos da a los ciudadanos la potestad de votar por quienes defienden la Constitución o por quienes la quieren cambiar.

No hay manera que la reforma que vos propongás tenga mayoría en la actual Asamblea. La oposición comete bastantes errores, pero en esto de cambiar las reglas básicas de la democracia republicana no se equivocará. El cálculo de ustedes es que en el 2021 obtengan control de la Asamblea. Pero incluso si lograran esa meta, para el propósito de cambiar la Constitución no les serviría para nada. No podrían aprobar ninguna reforma constitucional sin chocar con la sentencia de la Sala. Tendrán que esperar que la Asamblea electa en el 2024 apruebe la reforma, si es que habrá mayoría para hacerlo, y que la siguiente Asamblea electa en el 2027 la ratifique. Pero ni yo ni vos ni nadie podemos adivinar cuál sería la correlación de fuerzas en el 2027. Lo único que cierto es que a esta altura vos y tu jefe ya no estarán gobernando. Too late, brother.

Como se supone que vos sabés todo esto, letrado que sos, y que lo has explicado al presidente (y él lo ha entendido), sólo queda una conclusión: La iniciativa de reformar a la Constitución, y tu misión en redactarla y presentarla, son pura estrategia propagandística. Y el momento en que se lanza la iniciativa, por decreto presidencial, se debe a preocupaciones por las elecciones de febrero 2021. 

Ustedes asumen que una mayoría de la ciudadanía apoya la idea de hacer una Constitución a la medida de las pretensiones de poder y control del presidente Bukele. Yo lo dudo.

Así que te va a tocar jugar, así como lo hiciste con la CICIES y la lucha contra la corrupción, esta vez con la Constitución. Pero tenga claro, más es un juego de apariencias, no es de verdad. Nada es de verdad en este gobierno al cual te uniste.

Ya no tenés cómo salirte de este juego sucio. Too late, compañero. Te metiste donde no era.

Saludos, Paolo Lüers