Carta a Donald Trump: You’re fired!

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Paolo Lüers. Foto EDH/ archivo

Por Paolo Lüers

2020-11-02 4:22:16

Mr. President:

Este martes 3 de noviembre es el día de la verdad en Estados Unidos, el día que usted será despedido. ¿Usted realmente pensó que los ciudadanos de Estado Unidos lo iban a reelegir? ¿Realmente tomó por fools a sus compatriotas?

Uno de sus más grandes predecesores como presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, dijo: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.

Igual que su amigo Nayib Bukele en El Salvador, usted pensó que esta sabia conclusión de Lincoln ya no es válida en la era del Internet, de las redes sociales y de los fake news. Igual que Bukele, usted pensó que gobernando mediante un permanente reality show se puede imponer al país una realidad paralela y convertirla en verdad oficial. 

Igual que Bukele, usted es un mago en implementar las técnicas de comunicación y desinformación. Igual que Bukele, usted es un maestro en otra técnica demagógica: detectar, retomar, profundizar y convertir en odio las frustraciones y resentimientos de la gente que se siente marginada del progreso y del bienestar. Y de una tercera técnica: dividir, dividir, dividir.

Aplicando magistralmente esas tres técnicas básicas de la demagogia populista, un líder puede llegar al poder, tenga o no capacidad de gobernar. Usted lo mostró, igual que Bolsonaro en Brasil y Bukele en El Salvador. El problema de los tres es: ¿Cómo retener el poder? ¿Cómo hacer que reelijan a un presidente, cuando ya lo conocen, cuando su retórica ya chocó con la realidad, cuándo ya se reveló su malía? Usted puede ser el mejor comunicador del mundo, pero luego de 4 años terminará como el emperador sin ropa.

Este dilema, en países con poco desarrollo democrático, se suele resolver por el uso de la fuerza, de la represión, de la eliminación de la libertad de prensa y de la oposición política. Por esto Chávez se mantuvo en el poder, e incluso su heredero Maduro, que tiene el carisma de un poste de electricidad. Por esto el reino de Ortega y Putin es tan permanente…

¿Pero cómo lograr la permanencia en el poder en países que tienen mejores defensas democráticas, sea porque tienen instituciones constitucionales más sólidas, o por que su ciudadanía es más rebelde? Usted hizo lo que pudo para debilitar el poder de la prensa independiente, pero no pudo. Usted hizo todo lo que estaba en su poder para debilitar el control que ejercen el Congreso y la Corte Suprema de Justicia, pero no logró eliminar la división de poderes y el sistema de frenos y contrapesos. Su dilema es que tiene que enfrentar una elección que solo puede ganar si logra nuevamente convencer a la ciudadanía o nuevamente engañarla. Resulta que es imposible, porque la gente ya chocó contra la triste realidad de un país dividido y sin liderazgo capaz de unirlo para enfrentar la crisis de la epidemia. Esta realidad es imponente. Ya no se deja tapar por técnicas de desinformación. Game over!

Lo mismo les pasará a Bolsonaro y Bukele. Ya está comenzando a pasar. No logran eliminar la independencia de la justicia, y no pueden callar a los medios de comunicación independientes ni a la ciudadanía crítica. No lograrán repetir el gran engaño que los llevó a ganar el poder en elecciones libres. El flautista de Hamelin no puede llegar dos veces al mismo lugar y hechizar a todos los jóvenes con su música. La próxima vez los tendrá que llevar bajo amenaza o amarrados, y si no puede hacer esto, pierde el encanto y por tanto el poder.

Como Estados Unidos tiene instituciones fuertes, que no permiten fraudes electorales, golpes de Estado, censura, o represión sistemática y masiva, es imposible que un mal gobernante retenga el poder una vez que su demagogia se estrelló contra la realidad de las crisis que él mismo generó. No hay nada más peligroso para un gobernante populista que la desilusión de la gente que una vez se dejó entusiasmar con falsas esperanzas. Usted fue popular a pesar de su mal carácter, a pesar de su incapacidad de gobernar. Esto no es sostenible.

Así, Mr. Trump, ni se le ocurra no reconocer su derrota y armar desmadres con sus seguidores fanáticos. Todavía puede salir de la Casa Blanca con cierta dignidad, si es buen perdedor. De lo contrario le irá muy mal.

Good bye, Paolo Lüers