Carta a los alcaldes: Abran nuestros parques

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Desde el fallecimiento de Ruth Bader Ginsburg el pasado viernes, miles de estadounidenses han honrado su legado de lucha y compromiso con los derechos fundamentales. Foto EDH / AFP

Por Paolo Lüers

2020-09-18 6:28:39

Estimados alcaldes:

Están abiertos los bares y las discotecas, pero están cerrados los parques. Es una de tantas situaciones absurdas en el manejo de la epidemia en El Salvador. En todo el mundo las autoridades sanitarias advierten que las discotecas pueden ser focos de contagio. Y en todo el mundo recomiendan actividades al aire libre y no en ambientes cerrados y con aire acondicionado. Pero aquí parece el mundo al revés.

Además, luego de meses de encierro, todos -niños, adultos, viejitos- tenemos ansiedad de ver lo verde, de respirar aire fresco, de caminar. Es una necesidad física y psicológica. Pero los parques están cerrados. Nadie puede caminar en el Parque Cuscatlán, en el Maquilishuat, en el Satélite. Nadie puede agarrar a sus hijos para trotar, correr o bicicletear en El Espino. 

No sé si ustedes tienen los parques cerrados por órdenes del Ministerio de Salud, o si lo decidieron en sus alcaldías. De todos modos, no pienso que el Gobierno les puede imponer este tipo de medidas. Los parques son municipales y es su responsabilidad ponerlos a la disposición de los ciudadanos y sus necesidades. Los parques son nuestros y queremos recuperarlos. Hablo que los parques grandes, pero también de los parquecitos vecinales que hay en muchas partes. Estos tienen una gran importancia para las familias con niños. 

Igual está cerrada la ciclovía dominical en la Constitución. Con buena regulación se podría perfectamente abrir sin ningún riesgo de contagio.

¿Qué justificación técnica puede haber para mantener cerrados los parques desde marzo? ¿Qué riesgo real de contaminación existe para la población caminando en un parque, en comparación con todas las otras actividades comerciales y sociales que ya retomamos? Ninguno. Lo único que tendrían que hacer es regular las visitas, prohibiendo ciertas actividades colectivas. Muchos de los parques de todos modos tienen vigilancia del CAM. 

En televisión o en Internet veo imágenes de italianos, alemanes, franceses y españoles gozando de sus parques, así como de excursiones a lagos, montañas y ríos. Aquí no está prohibido ir al mar o la montaña, pero toda la propaganda estatal, en vez de decir a la gente a dónde puede ir y cómo puede evitar riesgos de contagio, todavía está enfocada en meterle miedo a la gente para que se quede en casas.

Ya no vamos a aceptar encerrarnos en casa. Ya necesitamos y merecemos diversión, esparcimiento, naturaleza. Y exigimos a nuestros alcaldes facilitarlos. Yo quiero ir con mi nieta a caminar en El Espino, o con mi chucho al parque de la Centroamérica. Yo quiero ir a comer pupusas en el Parque Satélite. Quiero sentarme en una banca en el Parque Cuscatlán y leer, o simplemente ver pasar a la gente. Conozco madres jóvenes que van con sus niños a los centros comerciales para caminar, ya que no lo pueden hacer en los parques. Es absurdo. 

Así que, alcaldes de San Salvador, Antiguo Cuscatlán, Santa Tecla, Mejicanos, Soyapango, no nos sigan robando los pocos parques que tenemos. Pónganlos bonitos, con flores, bancas limpias y vigilancia, denles vida. Abran nuestros parques.

Saludos, Paolo Lüers