En El Salvador la oferta del mercado laboral siempre ha tenido una brecha de género muy marcada y hubo sectores donde quedó reflejado, según el último informe de la Organización Salvadoreña de Mujeres por La Paz (Ormusa).
Carmen Urquilla, coordinadora del Programa Justicia Laboral y Económica de Ormusa, explicó a El Diario de Hoy que cuando dio inicio la pandemia y con las medidas de cuarentena domiciliar muchas mujeres perdieron sus empleos o vieron vulnerados sus derechos, ya que se les incrementaron las horas laborales sin remuneración.
“Muchas mujeres que perdieron sus empleos, ya sea formales o informales (como muchas empleadas domésticas que no gozan de contrato laboral) se vieron obligadas a emprender con un negocio de comida o a vender equipo para la emergencia sanitaria, como mascarillas, alcohol gel, jabones, porque la mayoría son jefas de hogar y no pueden darse el lujo de estar sin una fuente de ingresos”, expone la experta.
Los empleos perdidos
En el caso de las mujeres, las mayores pérdidas de empleo se encuentran en las actividades de manufactura (10,258 despidos); sigue la actividad de comercio, restaurante y hoteles, así como transporte y almacenamiento (9,742 cesadas) y actividades profesionales, científicas técnicas y de servicios de administración de apoyo (4,918 despidos).
En el caso de los hombres, las mayores pérdidas han estado en las actividades de construcción (13,269 cesados); le sigue la actividad de comercio, restaurantes y hoteles, transporte y almacenamiento (11, 441 despedidos); así como actividades profesionales, científicas técnicas y de servicios de administración y apoyo (7,219 desempleados) y construcción (7,008 despedidos).
“Si bien las cifras en pérdidas de empleos se ve en el caso de los hombres es por que la tasa de empleos masculinos es más grande”, explica Urquilla sobre el informe que presentaron en abril.
La experta dice que según una encuesta que realizaron a 384 personas (hombres y mujeres en los 14 departamentos) el 24.5 % % de mujeres tuvo que iniciar una actividad económica para generar ingresos, debido a la pérdida de empleo por el confinamiento .
“La falta de enfoque de género en las políticas públicas, ya sea para el mercado laboral o en otra área, es una de las principales cosas que nos preocupan, porque parece que se ignoran los datos que hay en el mercado laboral”, señala la profesional.
Destaca que una política nacional de empleo debe llevar ese enfoque de género, porque con el aumento de la brecha de género aumenta la pobreza de las mujeres y empeoran sus condiciones de trabajo o laborales.