La Cepal también advierte sobre la necesidad de aumentar la inversión y el empleo en los jóvenes pues explica que este grupo poblacional se encuentra en un momento crucial del ciclo de vida, en el que se sientan las bases que marcarán su vida adulta.
De acuerdo con la información que obtuvo la Cepal sobre la reducción de empleabilidad de nueve países de la región (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay), la tasa de participación de jóvenes en el mercado laboral se redujo, en promedio, 5 puntos porcentuales y su tasa de ocupación, casi 6 puntos porcentuales, con lo cual llegó al 32.7% en 2020. Por su parte, la tasa de desocupación alcanzó un 23% en promedio, cifra que representa aproximadamente a 7 millones de jóvenes.
El informe explica que una crisis de estas dimensiones, como la pandemia, tiene repercusiones en distintas áreas del desarrollo socioemocional y la autonomía económica de los jóvenes. Diversos estudios indican que los efectos negativos de comenzar la transición de la escuela al trabajo en períodos de crisis pueden durar varios años.
“Estos efectos no solo se relacionan con la empleabilidad, los salarios y la calidad del empleo, sino también con otros aspectos económicos, sociales y de salud. Los períodos prolongados de inactividad o de búsqueda de un empleo satisfactorio pueden provocar desaliento y pérdida de capacidades, lo que puede tener efectos negativos de más largo plazo”, señala el documento.
Un punto importante que señala la Cepal es que dadas las condiciones de los países de la región, toda esta crisis “puede influir en la decisión de emigrar de los jóvenes, principalmente de los que tienen la capacidad económica para hacerlo, que en general son los que poseen un mayor nivel de educación”.
Oportunidad vrs. incertidumbre
La Cepal señala, además, que las nuevas tecnologías han producido cambios muy importantes en los mercados laborales y que los jóvenes están ingresando a mercados donde predominan nuevas formas de producción, incluidas las cadenas globales de valor, la fragmentación de los procesos de producción y la automatización.
Sin embargo advierte que la época actual está marcada por múltiples incertidumbres que se manifiestan en nuevas formas de trabajo (por ejemplo, el trabajo en plataformas digitales), una mayor rotación de empleos e inestabilidad de ingresos, ya que los empleos temporales o de corto plazo se han vuelto más comunes.
Preocupación en El Salvador
En El Salvador, solo al primer trimestre de este año, la Asociación de Colegios Privados de El Salvador (ACPES) informó que 12,159 estudiantes desertaron del sector educativo privado y tampoco se inscribieron en el sector público, lo que indica, desde ahí una desventaja en su desarrollo de competencias.
Otro punto preocupante, según señaló, recientemente, la directora ejecutiva de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Leonor Selva, es que la única oferta que le está dando el gobierno a los jóvenes por ahora es ser soldado, ya que el mismo presidente los llama a que formen parte de la Fuerza Armada.
“Me genera ruido que la promesa del país para 20,000 jóvenes más sea ser soldado, los soldados tienden a ser pobres, y no tienen perspectivas de salir de la pobreza en ese rubro y no hay un tema de capacitación laboral… a los jóvenes más pobres la solución que le dan es ser soldado y no un trabajo digno”, señaló Selva, días atrás.
La Cepal plantea la necesidad de que los países motiven a los jóvenes, especialmente a aquellos en trabajos poco satisfactorios, para que continúen buscando las oportunidades y apoyarlos.