Fitch Ratings baja a CCC la calificación crediticia de El Salvador por concentración de poder de Bukele

Esta es la segunda agencia de calificación crediticia que reduce la nota del país. En julio del año pasado Moody´s bajó su calificación a Caa1 con lo cual los bonos salvadoreños se consideran "bonos basura".

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La calificadora Fitch Ratings rebajó la calificación crediticia del país a CCC. Foto: Archivo

Por Karen Molina

2022-02-09 5:03:52

Los economistas ya lo esperaban: La agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings bajó este miércoles la nota crediticia de El Salvador desde B- a CCC, una de las peores notas de indica un mayor riesgo de que el país no pueda pagar sus deudas y caiga en “default” o impago.

Fitch explica que ahora hay “mayores riesgos financieros derivados de una mayor dependencia de la deuda a corto plazo, un pago de eurobonos de $800 millones con vencimiento en enero de 2023, un déficit fiscal aún alto, alcance limitado para financiamiento adicional en el mercado local, acceso incierto a financiamiento multilateral adicional y mercado externo”. Pero esta vez añade como riesgos la concentración de poder del presidente y el debilitamiento de las instituciones.

En su análisis, la agencia, además, atribuye esta desconfianza a la concentración de poder que ha acumulado el presidente Nayib Bukele desde 2021, cuando su partido Nuevas Ideas obtuvo mayoría calificada en la Asamblea Legislativa y con ello, se lograron los votos para destituir a fiscal general, magistrados de la Sala de lo Constitucional y posteriormente a jueces. La adopción del Bitcoin como moneda de curso legal desde septiembre de 2021 también agrega más incertidumbre a su confianza crediticia.

"En opinión de Fitch, el debilitamiento de las instituciones y la concentración de poder en la presidencia han aumentado la imprevisibilidad de las políticas, y la adopción de bitcoin como moneda de curso legal ha agregado incertidumbre sobre el potencial de un programa del FMI que desbloquearía el financiamiento para 2022-2023", señala el comunicado de la agencia.

Precio de los bonos salvadoreños se desploma tras baja calificación crediticia de Moody’s

Fitch agrega que "a pesar de que las autoridades se comprometieron a pagar el servicio de la deuda, El Salvador enfrenta riesgos crecientes debido a necesidades de financiamiento altas y crecientes en 2022-2023. Fitch estima necesidades de financiamiento totales de $4,850 millones en 2022 (16 % del PIB), aumentando a $5,400 millones en 2023 (18 % del PIB).

"Fitch espera que el déficit fiscal de El Salvador en 2022 se reduzca marginalmente a 5.5% del PIB desde 5.7% del PIB en 2021. La deuda a corto plazo ha aumentado considerablemente en los últimos dos años con Cetes y Letes aumentando la deuda a corto plazo a $2,600 millones en enero de 2022 de $896 millones en 2019, lo que se suma a las necesidades de financiamiento de 2022", señala.

Esta es la segunda agencia crediticia que rebaja la calificación al grado especulativo. En julio del año pasado, Moody's también rebajó la nota del país debido a los diversos riesgos asociados al elevado endeudamiento del país. Esta agencia degradó los bonos de El Salvador a bonos basura. Un día después, el precio de los bonos salvadoreños comenzó a caer en el mercado bursátil, como una señal de que los inversionistas comenzaron a vender esos papeles de deuda antes que perder más dinero.

Gobierno debe pagar en enero $348.9 millones en Letes y Cetes

Deuda de corto plazo al límite 

En su análisis, Fitch también señal que las opciones de financiamiento en el mercado local son limitadas, dado que el gobierno casi ha alcanzado el límite superior legal de $1,600 millones en deuda de Letes de corto plazo y también ha emitido $1,300 millones en Cetes a un año en el mercado local durante el último año. Los fondos de pensiones privados y los bancos locales tienen un apetito limitado por aumentar su exposición a dichos instrumentos. De hecho, las subastas de Letes de enero de 2022 no se suscribieron en su totalidad.

"El gran stock de deuda a corto plazo complicará la capacidad de servicio de la deuda del gobierno, lo que aumentará los riesgos de renovación. Si bien Fitch espera que el soberano cumpla con los pagos del servicio de la deuda a corto plazo, las restricciones financieras se volverán más onerosas a medida que avance el año", señala la agencia.

Ya se lo esperaban
Para los economistas Luis Membreño y Carlos Acevedo, la baja calificación que ha dado Fitch no es sorpresa, debido a la alta deuda que maneja El Salvador y al déficit financiero que enfrenta, pero también derivada de los señalamientos que hizo el informe del Artículo IV del Fondo Monetario Internacional.

“Esto se esperaba desde hace bastante tiempo, ya Moody’s había bajado la calificación en julio del año pasado y ahora que ya salió el informe del Artículo IV del Fondo Monetario, les ha quedado bien claro que no hay posibilidad de un acuerdo a corto plazo con el FMI, lo que pone en problemas a la capacidad de financiamiento que pueda obtener el gobierno de El Salvador, por eso Fitch señala y destaca que El Salvador tiene ahora mayor riesgo de default que antes”, explica Membreño.

Por su parte, Acevedo señaló que aún faltan las calificaciones de Standard & Poor’s y Moody’s, que seguramente irá en la misma línea. “Esto es algo que se veía venir. Pronto las otras dos grandes calificadoras ajustarán a la baja el riesgo crediticio del país, con lo cual la opción de ‘retorno’ a los mercados convencionales de deuda se hará más difícil. Seguimos en la espiral en picada”, aseveró Acevedo, expresidente del BCR.

Acevedo también dijo que el deterioro fiscal del país cierra puertas para una negociación con el FMI “porque las condiciones que pondría este organismo para un acuerdo serían más exigentes y por tanto más difíciles de aceptar por el gobierno; sobre todo si este responde con memes burlones a las valoraciones de los mercados internacionales”.

Los economistas explicaron que las bajas calificaciones que ha obtenido El Salvador recurrentemente no solo afectan al gobierno, sino al ciudadano común y al sector productivo, ya que las tasas de interés en la banca podrían subir.
“Esto influye en acceso más caro de financiamiento. Eventualmente eso se traslada en mayores tasas de interés para empresas y personas naturales, y por tanto en mayores costos de transacción y precios más altos de todo, lo cual no es muy buena noticia en este entorno inflacionario en que estamos”, explicó Acevedo.

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