El experimentado restaurantero y presidente de la Asociación de Restaurantes de El Salvador (ARES), Leo Guzmán, confirma que se ha dado un auge de negocios de servicios de comida que termina por beneficiar a la población, pero ahora el llamado es a que busquen la formalidad de esos negocios emergentes.
“En este momento los emprendimientos los tienen en sus casas, son negocios informales y hasta cierto punto competencia desleal con nosotros, de alguna manera, pero es importante porque están tratando de salir adelante y demostrar sus capacidades”, destacó el empresario.
Guzmán comentó que en los emprendimientos actuales hay creatividad, incluso de personas que nunca se han metido en el negocio de la gastronomía.
Para él es importante que se sigan preparando profesionalmente tanto en la preparación de los alimentos como en las operaciones administrativas, en costos y compras y así aprovechar las materias primas de la mejor manera.
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Además tienen que saber manejar inventarios adecuadamente de tal manera que tengan rotación de productos y eviten pérdidas de sus insumos.
“Tenemos muchachos muy buenos pero tienen que aprender a trabajar más, porque para incorporarse en la vida formal hay que hacer alguna inversión y tener seguridad de lo que están haciendo, porque es fácil vender sin factura, vender en la colonia, con los vecinos, pero eso no le va a dar el crecimiento, tienen que manejar costos, porque eso también es aprendido”, afirmó.
Para don Leo un claro ejemplo del beneficio de estar en la formalidad es el subsidio que entregará el gobierno a las pequeñas empresas para asuman el incremento del salario mínimo que entró en vigencia este mes y que tiene como uno de los requisitos la presentación de la planilla de Seguro Social.
“Yo pienso que para los emprendedores el paso siguiente es formalizarse”, destacó Guzmán.
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Para el empresario, en el servicio de entrega de comida a domicilio también hay un auge porque hay empleados de restaurantes que quedaron cesados y han conseguido motocicletas para reparto, asegura Guzmán.
Según datos del ISSS a mayo de este año 808,911 trabajadores laboran en el sector formal. De ellos, 184,657 son empleados públicos y 624,254 están en el sector privado, que en total representan el 27.7% de los trabajadores. Esto significa que el resto de la población económicamente activa, unos 2.1 millones, es decir el 72.3% labora en el sector informal.