Doña Chelita de Holman fue una mujer, madre y profesional ejemplar

Doña Graciela de Holman se abrió en el mundo empresarial desde muy joven. Fue incansable emprendedora, generadora de empleos y promotora de la gastronomía y turismo de El Salvador.

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Doña Graciela de Holman muestra el reconocimiento de la Palma de Oro que le entregó la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador en 1997, gracias a su visión, esfuerzo y trabajo empresarial. Foto EDH / archivo

Por Jessica Guzmán

2021-03-19 7:12:27

Graciela de Holman se abrió camino en el mundo empresarial desde muy joven, con una visión emprendedora que no era común en su tiempo, con amor hacia los suyos y hacia los demás, pero con mucha firmeza.

“Doña Chelita” como la llamaban cariñosamente tuvo un fuerte espíritu emprendedor y amor por la gastronomía salvadoreña que promovió tanto dentro como fuera de las fronteras durante su vida empresarial. Este 19 de marzo, familiares y amigos lamentaron su fallecimiento, a los 90 años de edad.

Doña Chelita fundó restaurantes que llegaron a tener mucho prestigio a nivel nacional e internacional, incluso en una época difícil por la guerra civil, pero luchó por mantener sus negocios a flote en medio de esa época social y políticamente complicada, todo para seguir generando trabajo en el país y para que la comida salvadoreña fuese apreciada.

La destacada empresaria estuvo al frente de varios restaurantes en El Salvador, Guatemala y Estados Unidos, entre los que resaltan los prestigiosos 7 Mares, LeMar, Chela’s, que tuvo una lujosa sucursal en Miami, Florida, en EE.UU.

Estaba muy comprometida en la promoción del turismo y generación de negocios y empleos, por lo que como “voluntaria apasionada de la Cámara de Comercio e Industria, enfocó sus fuerzas en ayudar a otros que, como ella, amaban la cocina nacional”, relata un pronunciamiento de la entidad empresarial.

Por lo que “en 1994, fundó el Comité de Turismo de la gremial, y desde esa fecha, su casa siempre estuvo abierta para recibir a sus colegas y trabajar en iniciativas que impulsaran al turismo y a la gastronomía del país”, detalla la Cámara.

Desde ahí materializó sus esfuerzos fundando el emblemático Festival Gastronómico Internacional, el primer evento de su tipo que permitía a los asistentes conocer lo mejor de la comida salvadoreña, destacando también con reconocimientos a los establecimientos ganadores, cuyo prestigio crecía con el galardón.

El aporte de doña Chelita a la gastronomía salvadoreña no se podrá medir nunca con números, porque va más allá de los registros. Su esfuerzo y su entrega serán recordados siempre con admiración por aquellos que tuvieron el honor de trabajar a su lado.

El presidente de la gremial, Jorge Hasbún, la describe como “una mujer líder, valiente, emprendedora, proactiva, constructora de soluciones, emblemática del turismo nacional”.

En XX Festival Gastronómico, Graciela de Holman recibe un reconocimiento de manos de Luis Cardenal, entonces presidente de la Camarasal.

El amor hacia una madre, hacia una amiga

Carmen Elena Rubio de Barrera, una de los hijos de doña Chelita informó a sus familiares y amigos del fallecimiento de su madre, describiendo su legado.

“Luchó hasta el final por ver un país desarrollado en beneficio de los salvadoreños... Una mujer que se rebuscó para abrir puertas de oportunidades para superarse y ayudar a sobresalir a todos. Una mujer que rebalsaba de amor y bondad, abrazos y besos para todos. Un verdadero patrimonio Nacional de carne y hueso”, describió de Barrera.

Luis Cardenal, ex presidente de la Cámara de Comercio y de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) lamentó la pérdida exaltando la bondad y trabajo que caracterizó a la empresaria.

“Ella era bien recibida donde quiera que fuera, era dulce, optimista, positiva, cariñosa, muy trabajadora, constante, incansable, si algo no le funcionaba siempre seguía adelante”, comentó Cardenal recordando a “Doña Chelita de Holman”.

Ganadora de la palma de oro

Doña Graciela de Holman fue merecedora, en 1997, de la Palma de Oro gracias a su liderazgo empresarial y su amor por el país.

El reconocimiento es el máximo galardón empresarial que se otorga en El Salvador por la Cámara de Comercio e Industria.

Tres años antes, en 1994, doña Graciela de Holman, había fundado el Comité de Turismo de la gremial y desarrolló por años el Festival Gastronómico.

“Luchó hasta el final por ver un país desarrollado en beneficio de los salvadoreños. Le daré gracias a Dios siempre por habernos bendecido con una madre como tú”.
Carmen Rubio de Barrera, hija

“Doña Chelita nunca quiso irse de El Salvador, siempre estaba pendiente de qué necesitaba el país para apoyar. Es una gran pérdida, deja un gran legado”.
Luis Cardenal, ex presidente de Anep