Un menú de alta cocina compuesto por ravioles de langosta, pizzas artesanales, causa de pulpo peruano y creme brulee (de postre), preparó Néstor Argumedo a un grupo de amigos la noche del miércoles pasado.
Ese día, después de una jornada laboral, Néstor se marchó a su casa, para asumir otro rol: el de chef de alta cocina.
Aún con su ropa ejecutiva se puso su delantal a rayas y ¡manos a la obra! Lo primero fue encender el horno (para las pizzas) y luego preparar la pasta, y el resto de platillos, incluyendo el postre.
“Cuando cocino sigo siendo yo, pero trato de elevar a nivel de arte una actividad cotidiana básica”, aseguró el ejecutivo, quien durante dos años tuvo que administrar bien su tiempo para poder estudiar alta cocina en la escuela Scarts con el chef Hervé Laurent.
Una vez que sus invitados fueron atendidos, el ejecutivo dejó a un lado su faceta de chef para asumir otro rol, el de músico.
Y es que él pertenece a “Seis sin Nombre”, una banda de rock and roll, que toca en inglés y español, principalmente clásicos.
El grupo, integrado por empresarios, toca de cuatro a seis veces por mes en distintos bares de la ciudad y también en eventos privados.
“Desde pequeño tuve inclinación por la música. Pero fue a los 12 años cuando descubrí el rock and roll, y fue claro para mi que quería tocar guitarra”, comentó.
La primera banda que integró, junto a algunos compañeros de colegio, se llamaba Xpress.
Pero fue a inicios de los 90 cuando lo invitaron a tocar con “Seis Sin Nombre”. “Tocamos por muchos años hasta que solo quedamos tres sin nombre”, recordó.
“Seis sin Nombre” logró reintegrarse hace unos dos años, y Néstor regresó a la banda hace unos seis meses.
Pero no todo es rock and roll y alta cocina, Néstor es el gerente general de Industrias Lácteas San José, una empresa con más de 30 años de existencia dedicada a la producción de lácteos, especialmente cremas y quesos.
Néstor, quien lleva las riendas de la empresa familiar desde 1998, aseguró que al principio las cosas no fueron fáciles, pero poco a poco logró posicionarla como una de las principales proveedoras de lácteos en los segmentos “food services” (restaurante, franquicias y “catering”), institucional y plantas procesadoras de lácteos.
Durante el día, el ejecutivo debe atender múltiples tareas, como: establecer los objetivos estratégicos de la empresa, evaluar y desarrollar proyectos, revisar las operaciones diarias y darle seguimiento a las metas de ventas, entre otras.
Además, el ejecutivo ha impulsado varias iniciativas de eficiencia energética y producción más limpia en los últimos 10 años. Hace cuatro años incorporó la energía renovable, primero con calentadores de agua, y posteriormente con paneles solares.
¿Pero, cómo hace este hombre de 46 años para ser gerente, padre, esposo, chef y músico? Su respuesta es clara: saber delegar y confiar en sus colaboradores más cercanos.
“Con la ayuda y colaboración de muchas personas: Empleados, familia y hasta amigos. Así puedo tener más tiempo disponible para todo”, afirmó.
Sin duda alguna, su principal apoyo e inspiración son: su esposa Claudia y sus hijos Sebastián, Alberto y Fernando.
“Para mi no tiene sentido ser empresario si no puede disfrutar con la familia y amigos. En Lácteos San José lo hacemos extensivo a nuestros empleados. Si pueden llegar más temprano a sus casas y estar con sus familia que lo hagan. No siempre se puede, pero no tenemos horarios fijos”, comentó.
En su opinión, los empresarios que viven una vida acelerada están desperdiciando la posibilidad de tener más tiempo para compartir con las personas amadas.
Industrias Lácteas San José se especializa en la producción de cremas y quesos.