Aumento del trabajo infantil beneficia a pandillas, dice OIT

En un estudio, la institución afirma que el aumento de este fenómeno permite a estos grupos realizar actividades ilegales sin estar vinculados.

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. / Foto Por Mauricio C?ceres

Por Juan José Morales

2019-01-24 8:02:46

Las altas cifras de trabajo infantil en El Salvador han estimulado un fenómeno que, para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha favorecido a las pandillas y les ha permitido operar al margen de la ley: el uso de niños y adolescentes para actividades delictivas, transporte de droga y cobro de extorsión, entre otros ilícitos.

Esto, según la Organización, demuestra que en el país la explotación infantil ha evolucionado, aprovechando un marco legal “diferenciado” con el que se castiga a los menores de edad y la alta brecha social donde hay, a finales de 2016, 131 mil 904 niños, niñas y adolescentes en situación de trabajo infantil.

Carmen Moreno, directora regional de la OIT, explicó que la situación de menores de edad involucrados en las pandillas es un problema que está presente en todos los espacios de transformación de la sociedad y recordó cómo la escuela se ha convertido en un nicho donde hay reclutamiento de niños y adolescentes como un mecanismo de renovación de la pandilla.

“Ellos sufren las peores formas de trabajo infantil al exponerse a una realidad donde la violencia es la forma de relación diaria y la única manera de lograr respeto y aceptación. Ellos están expuestos a abusos de orden físico, psicológico o sexual, así como la realización de actividades que supongan portar y usar armas ilegales o movilizar droga”, afirmó la funcionaria de la OIT.

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Según autoridades del Conna este tipo de castigo tiene mayor predominio con respecto a otras situaciones de abuso que se dan contra los menores, y las que más lo ejercen son las madres.

El estudio, titulado “Nuevas Formas de Trabajo Infantil”, también contó con el apoyo de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), gremial que según su presidente, Luis Cardenal, busca promover políticas para evitar este flagelo y garantizar que los niños y adolescentes concluyan su proceso formativo para que luego accedan a empleos de calidad.

“Un menor de edad debe de educarse y de desarrollar un proceso evolutivo de su pensamiento, de sus habilidades, no debe de formar parte de estructuras criminales que condicionen su vida y su aprendizaje”, agregó Cardenal.

La investigadora que realizó el estudio para la OIT, Marcela Aguilar, explicó que además de un trato legal diferenciado los niños y adolescentes son fácilmente manipulados por las pandillas y pasan inadvertidos ante las autoridades.

“Ellos son usados como mensajeros en las comunidades y se les empieza dando tareas sencillas pero cuando están bien alineados a los intereses de estos grupos terminan participando en homicidios o son explotados sexualmente, es una cadena que termina mal”, finalizó Aguilar.

Para la OIT en El Salvador no hay un marco legal que penalice estas prácticas, en parte porque el tema es poco conocido y el abordaje se ha realizado más desde la sociología y la criminología, no desde un punto de vista legislativo.

La investigación también detalla que el contexto económico de pobreza, marginalidad y falta de oportunidades es determinante para que los niños y adolescentes pasen a formar parte de una pandilla y que los actuales convenios de la OIT firmados por el país no se están cumpliendo en este aspecto, por lo que este grupo de la sociedad sigue bajo amenaza, aseguran los especialistas.