La situación de los bajos precios del café a nivel internacional, la pérdida del valor de la cosecha y el impacto del cambio climático que ha incrementado el aparecimiento de plagas y enfermedades han a llevado a los productores de la región mesoamericana y del Caribe a reunirse en Londres, para buscar alternativas que les permita mitigar dicha situación.
Los representantes cafetaleros de México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Perú, República Dominicana y Jamaica, en donde viven más de 5 millones de personas que se dedican directamente a producir café, plantearon alternativas de solución para que sobreviva la industria del café.
Primeros acuerdos
En la reunión se ha instruido a la Organización Internacional del Café (OIC) para que asuma un rol protagónico y activo en la búsqueda de soluciones, que sirva de enlace y facilitador entre los distintos actores que participan en la cadena de valor del café.
La idea es que esto permita llevar a cabo negociaciones transparentes, propositivas, y no confrontativas, con el objeto de redefinir una nueva relación internacional en el mundo del café.
Los miembros de la OIC afirmaron que identificarán medidas inmediatas que permitan superar la crisis económica que enfrentan aproximadamente 25 millones de productores de café en el mundo.
La idea es ponerle fin a la crisis de precios del grano, en forma sostenida y con carácter permanente.
Entre los acuerdos también está desarrollar una campaña de concientización dirigida al consumidor final, con el objetivo que conozca y favorezca el consumo de café que proviene de un esquema de producción sostenible.
Además, establecer un diálogo sincero y proactivo donde representantes de los productores y líderes de la industria mundial del café, trabajen e identifiquen juntos, mecanismos claros para asegurar un precio justo.
También se busca desarrollar un sello de garantía que permita al consumidor final identificar el café cuya materia prima ha sido adquirida bajo un esquema de sostenibilidad económica, particularmente asegurando la sostenibilidad de los pequeños productores que caracterizan a la región mesoamericana.
Superar la crisis y asegurar la sostenibilidad económica de los productores de café es un elemento fundamental para que también puedan concretarse todos los beneficios sociales y ambientales que representa la caficultura para los países de la región.
Entre estos destacan la captación de divisas, dinamización de la economía rural, empleo para millones de personas, producción de agua y oxígeno, captación de CO2, prevención de incendios y conservación de recursos naturales, entre otros.